Diario de Cuarentena: Hacerse cargo

“Si la república es cosa del pueblo, y no es pueblo el que está unido con el consentimiento del derecho y no hay derecho donde no hay justicia, si duda se colige que donde no hay justicia no hay república.”
SAN AGUSTÍN

Ante los nuevos y terribles acontecimientos nacionales voy a dedicar mi diario de hoy a la Justicia y al asqueante doble discurso del gobierno y de muchos de sus fanáticos. Entre ellos los funcionarios que ahorran en dólares y critican al pueblo que se intenta salvar especulando de los embates de una economía dislocada y ambivalente que castiga la producción y premia la delincuencia.

El doblepensante sabe que miente y que ha dicho otra cosa, por eso maneja los recuerdos y los desmiente con cinismo, sabe que está alterando la realidad, pero al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del ejercicio del doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada.Es decir, para comprender el doblepensar debe usarse la técnica del doblepensar. Para convivir con ellos la alienación de la lógica resulta imprescindible. Uno de los efectos que esta práctica produce en el psiquismo sin dudas es la división de la mente en capas o estratos como si el yo tuviera en su escisión unos “separadores” para no sufrir los embates de las continuas desmentidas a los que se lo somete.

Los que imponen el doblepensar a la población, es decir los que tienen el poder, son aquellos que lo cultivan: aquellos que saben mejor lo que está ocurriendo son a la vez los que están más lejos de ver al mundo como realmente es. Más comprensión, mayor autoengaño: los más inteligentes son en esto los menos cuerdos. Pero ¿de qué hablamos? mentira e hipocresía con su doblepensar y desmentida como una cuestión que apela a un inconsciente, a un autoengaño doblepensante o simplemente a una actitud artera y planificada y pensada para propio beneficio. Es difícil no pensar que se mezclan en mentes encendidas por el amor al poder y la avaricia y que falsas al fin, usan la ignorancia del pueblo como vehículo.

.Si quienes ejercen el poder se conducen así sólo podemos calificarlos de “monstruos”, pero como decía Primo Levi en La tregua: “Los monstruos existen, pero son demasiado poco numerosos para ser verdaderamente peligrosos; los que son realmente peligrosos son los hombres comunes”.  Y aquí está nuestra responsabilidad. Los llevamos al poder, muchos de nosotros, hay que hacerse cargo, no llegaron por la fuerza, la ciudadanía común, tiene que poder reconocer sus errores basados también en una actitud doblepensante , de dos discursos, el que digo y el que hago, la sociedad votante es responsable de que personas de tan baja categoría nos gobiernen. Si seguimos siendo ambivalentes, el país no cambia.

“El Partido os decía que negaseis la evidencia de vuestros ojos y oídos. Ésta era su orden esencial”.

George Orwell, 1948

Diario de Cuarentena: Nadie sabe que estoy aquí

«Muchos aspectos de la vida moderna están diseñados para tratar de convencernos de que estamos completamente seguros, protegidos y en control de todo lo que nos rodea. Y eso simplemente no es cierto. evidentemente el mundo atraviesa por una situación que está impulsando ese mensaje»

Katie Mack

Un día más. Pero cada vez son menos vanos. Cuando la comprensión de que no hay control posible sobre la mayoría de las cuestiones de nuestro universo, el personal, el social comunitario, el mundial, y el cósmico, los días se vuelven interesantes. Por eso siento que es un tema necesario para compartir hoy.

Nos cuentan en los medios, en especial durante la pandemia mundial y particularmente en la espantosa cuarentena nacional que estamos seguros, que nos cuidan, que tienen todo bajo control. No es cierto. Pero además de la mentira es científicamente imposible. Tanto la cosmóloga que cito en el acápite, como la mayoría de los estudiosos de la ciencia que merecen el nombre de científicos reconocen sus límites de comprensión y lo que sí saben es que todo en el universo es impredecible. No hay posibilidad de saber cómo terminará la existencia universal, mucho menos la terrestre, y muchísimo menos la pequeña existencia humana dentro de los reinos animales. No somos los más resistentes y si juzgamos muchas de nuestras acciones, que tienden al exceso, somos los más destructivos.

Entonces un día cualquiera, se transforma en un día importante. La mirada de mi hijo, es la mirada divina. La mano cálida de mi amor, una bienvenida y acariciar la cabellera blanca de papá una fortuna. Claro que tanta dulzura se me corta al leer los diarios, ver el dolar, escuchar que llevamos más de 4000 muertos y que no tenemos plan sanitario ni económico, que un virus ínfimo nos amenaza desde hace tiempo y que viviendo en un país lleno de posibilidades, los gobiernos lo empobrecen. No soy inmune a la insoportable levedad moral de la realidad cotidiana argentina. Pero puedo elegir ser permeable al hoy, a la vivencia única de mi paisaje emocional, que me puebla en el afecto, en las caminatas bajos mis álamos plateados, acariciando mis dos perros y mis dos gatos, jugando con una rama seca, abrazando amigos con palabras, y buscando un sentido mucho más exponencial a los valores, que son, en última instancia, los únicos bienes con los que poblamos el mundo. Al fin de cuentas, nuestras vidas son tan mínimas, la mía es tán insignificante que nadie sabe que estoy aquí.

Aquí vengo, no tardaré
Sólo para preguntar
Lo que deberías saber
Hay una tierra en lo profundo

No hay esperanza en mi corazón
No hay sentimientos
Este mundo es muy frío
Aquí me acuesto y miro las estrellas

Siento que estoy soñando toda mi vida
Acá está el amor que olvidé
El brillo danzante de mi corazón
Algo anda mal
No pertenezco, oh no

Nadie sabe que estoy aquí
Yeah, yeah, yeah
Nadie me está hablando
Nadie puede liberarme

Nadie sabe que estoy aquí
Yeah, yeah, yeah
Algún día las estrellas sobre mí
Sentirán lo que necesito sentir

Escucha mi voz más allá de mis ojos
Siente el amor, siente el viaje
No hay nubes en el cielo
No hay razón para llorar

Sólo las estrellas que brillan adentro
No volveré, estoy afuera de vista
Polvo cósmico inunda la noche
No escucho sonidos, no veo la luz

Olvidé quién soy
No puedo encontrar mi hogar
No pertenezco, oh no

Nadie sabe que estoy aquí
Yeah, yeah, yeah
Nadie me está hablando
Nadie puede liberarme

Nadie sabe que estoy aquí
Yeah, yeah, yeah
Algún día las estrellas sobre mí
Sentirán lo que necesito sentir

Autor:Carlos Cabezas

Diario de Cuarentena: Futuro

La ventana del cuarto donde escribo me muestra un día soleado de invierno. Estamos en el día 114 de una cuarentena que ya nadie cumple. Ni los propios gobernantes. Cada uno va haciendo sus propias flexibilizaciones de acuerdo al miedo, riesgo, situación personal, necesidad. Es que no somos idiotas. La sociedad sabe. Por eso creo que también acertó al votar a esta gente que en lo personal considero siniestra. Lo digo porque en Argentina, cualquier gobierno que no fuese «de izquierda» ya veremos por qué las comillas, siempre las crisis terminan de forma poco razonable. Quiero ser clara y contundente al explicar mis comillas. Este gobierno no tiene nada de izquierda, es un gobierno totalitario, con intentos de toma de poderes, con arrebatos como ir con contra la propiedad, contra las personas y contra la libertad. Si uno extraña a personajes como Evo Morales y Hugo Chávez, no habla de justicia ni de democracia, en Venezuela el 95% de la sociedad es pobre, algo que se aleja de la justicia. En Bolivia, el hombre a quien nuestro presidente extraña y protege, tiene pedido de captura. Ahora él se declara capitalista, pero quiere cambiar el capitalismo. Delirios de poder.

Antes del capitalismo, toda persona que nacía en el contexto de una determinada clase social estaba condenada a permanecer en ella para siempre. A diferencia de otros modelos económicos como el feudalismo, los sistemas esclavistas o totalitarios, el capitalismo permite la movilidad social, lo que significa que una persona puede ascender socialmente por medio del aumento de su capital, independientemente de su origen. Algo bastante más justo que lo que estamos viviendo.

Yo le pediría al señor presidente que en vez de intentar cambiar al sistema que el mundo aceptó como más adecuado tras lo fracasos de los regímenes de izquierda como en Rusia, Cuba, Venezuela o China que dice una cosa y hace otra, lamentablemente no solo en lo económico,; se ocupe del país. De las personas que lo votaron y de las que no. Ojala el sol de este sábado de invierno le enfríe las ideas y lo vuelva sensato.

Por vos, por mi y por el futuro.

Diario de Cuarentena: Libertad de expresión.

En un Estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres.

Suetonio

La libertad de expresión está contemplada en el artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos aprobada por la ONU en 1948, así como en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que entró en vigor en 1975. Según estas herramientas, son dos los niveles en los que debe aplicarse la libertad de expresión: el individual , es decir la libertad para que cada persona exprese libremente sus ideas y pensamientos, y el colectivo, que señala el intercambio de información para la participación de quienes integran la sociedad. Si te preguntás cuáles son las características de la libertad de expresión, podríamos destacar las siguientes: Es un derecho de toda la ciudadanía, no se refiere solamente a periodistas o profesionales de la comunicación. Es un derecho y a la vez un deber, puesto que los estados tienen la obligación de garantizarla. No solo se refiere al periodismo sino que alcanza a otras artes, como la música, la escultura, la pintura o la literatura. La libertad de expresión apuesta por la transparencia de la información, lo que genera confianza.

Hoy quiero dejar reflejeda mi posición frente a esto en Diario de Cuarentena, y es que sin libertad de expresión no hay democracia ni república posible. Es increíble algo que viene sistemáticamente ocurriendo y que lo hacen nuestro presidente y vicepresidenta. Acusar a los medios, al periodismo, la vice desde videos que sube a sus redes, como si fuera una ciudadana común. Señora, usted detenta poder, si usted cuestiona en redes o habla mal de alguien que no opina como usted, abusa. Y ese poder no se lo dimos para que nos censure, sino para que garantice nuestra libertad de expresión. Pero como yo no esperaba menos de quien ya lo ha hecho, no es eso lo que me asombra.

Me impresiona la cantidad de gente valiosa e intelectual que toma conductas que atentan contra la libertad de expresión como algo normal, y hasta avalan con razonamientos propios de épocas persecutorias las acciones de líderes que no merecen serlo. La palabra confianza es la clave. Los argentinos no tenemos confianza en nuestros propios criterios, entonces seguimos a otros que no siempre nos reflejan, pero que se acerca a lo que suponemos un ideal.

La confianza se logra con el equilibrio. Equilibrio de poder, equilibrio mental de los que detentan el poder, equilibrio de los ciudadanos, equilibrio en la economía, en la salud, en la vida social. Y estamos en un momento de desequilibrio total. En el que los que nos gobiernan generan confusión y abuso de poder. Cercenan libertades individuales y parecen querer ir por la libertad de expresión. No lo permitamos. No callemos. No miremos mansos el atropello de lo que tanto costó conseguir.

En lo personal, la palabra es mi medio de lucha, y no cejaré en el intento de hacerla respetar. Toda palabra vale. No solo la que responde al gobierno de turno.

Nadie como ella para cerrar este Diario: Que nada nos limite. Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia. Simone de Beauvoir


Diario de cuarentena: Eterno

«Una obra de arte es un gozo eterno». *John Keats.

El concepto de eternidad, relacionado con el de inmortalidad, se refiere, popularmente, unas veces a una duración infinita y sin límites, y otras designan una existencia sin tiempo o fuera del tiempo. Como sociedad estamos en un oxímoron porque la eternidad en este caso se juega con el concepto de finitud. Nos encierran no sabemos hasta cuando, una eternidad, porque somos mortales.

Mientras pienso esto en el día 101 de cuarentena, temo, otro temor más, que mi diario se vuelva eterno y deje de tener sentido. Porque lo eterno aburre. La vida es interesante y es un reto deseable porque tiene un fin. La conciencia de venir con una muerte al hombro es lo que hace tan gozable la vida. Pero si a diario, nos contamos como sociedad las muertes, nos mostramos las muertes, hablamos solo de muerte, ya estamos muriendo, porque matamos el deseo. Y si le agregamos el encierro, las prohibiciones, el autoritarismo, las selecciones arbitrarias sobre lo que es esencial, sobre quien puede o no ser libre de circular, trabajar, vivir; eso abruma de una forma inexplicable, nos aísla, nos encierra aún más. Estamos sometidos a un experimento pavloviano, de condicionamiento clásico, con la típica propaganda necesaria para tal fin. Salgamos de la cama que nos tiende el poder.

Por eso sigo escribiendo, a pesar del sinsentido de la repetición constante, para no quedarme en la inacción, en la búsqueda de un aroma a libertad que se pierde, que se va alejando, mientras la clase política cuida su miserable espacio de poder, a costa de la vida. De nuestra vida. Que no es eterna.

Diario de Cuarentena: Hibernus

Está llegando el invierno. Pero hace rato que lo vivimos. Invierno desde la etimología viene del latín: hibernus y este de hiems, literalmente la «estación del invierno«. El hibernus, derivó el adjetivo calificativo castellano hibernal, que es «relativo al invierno«. … Erat hiems summa es una frase de Cicerón que significa «se estaba en pleno invierno«. Traigo a Cicerón al diario porque es el mismo que decía “Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos” Y siento que eso es lo que vivimos hoy. Pasaron algunos años, volvieron los mismos, pero más agrios.

Aunque mi vida, que por supuesto es mucho más austera porque no tengo trabajo, sigue siendo una buena vida, tengo amor, amistad, letras. Pero a mí me duele el otro. Me duele los pueblos que a pesar de sublevarse contra la corrupción no son oídos. Me duelen los empleados rurales asesinados por las fuerzas policiales que no importan ni pintan sus caras por que son cómplices verticales del poder de turno. Me duelen los niños abusados en los hogares que no salen en los diarios. Me duele el hambre que veo y el que se viene. Me duele y me indigna la falta de libertad. Y no puedo ni quiero ser tibia.

Cuando el atropello es tan visible hay que ser claros. No se puede jugar a los matices, ya habrá tiempo para eso. Es hora de que nuestra voz se oiga, es tiempo de acción, no de relatos. De participar en los espacios de reflexión y de meternos donde sino, se meten otros. Es hora de que la sociedad independiente, profesional, comerciante, productora, industrial, trabajadora tenga deseos de poder. Porque no hay otra opción para salvarse. La república necesita de los ciudadanos. Por eso en este día frío, con el invierno cerca, no se me ocurre hibernar. No hay tiempo para eso. Es necesario estar alerta y de pie.

Diario de Cuarentena: como en el 83

Vino el frío, como siempre. Pero éste año tiene aditivos, estamos confinados. Porque hay un virus que circula en el mundo. Y porque en nuestro país parece que nos quieren confinar para siempre. De paso la clase política se apropia de todo, se clava en el poder como si fueran cristo pero sin salvarnos.

Frases como «no existe más la normalidad» «el que sale es un asesino» salen de la boca de gobernantes y científicos con una liviandad que asombra, por ejemplo un ministro de salud aseguró que una ciudad capital «irradia» virus. Circula una pos verdad como mínimo dudosa, mientras la humanidad sigue con sus vidas y sus muertes, como siempre, porque no dejaron de existir otras enfermedades a pesar del coronavirus.

Eso no importa, lo único relevante es quedarte en casa. No jodas, digamos, que tenemos que salvar a procesados, estimular la ignorancia y volvernos todopoderosos. A mi, no me preocupa que estos políticos se enamoren de la autocracia que el miedo del otorga. Me asusta nuestro silencio.

¿Vos vas a ser cómplice por miedo? ¿O te vas a animar a resignificar los logros democráticos del 83? Nos dicen que estamos en peligro como especie, pero no tienen idea de como salvarnos. Nos dicen que nos van a cuidar, pero solo entienden el encierro y el silencio como cuidado. Es hora de ser ciudadanos de pie. Y eso no significa arriesgar la salud. Pero sin libertad ni república, ¿de que salud hablamos?

Me resisto a contar muertos y mirar para otro lado. Cuando otros países tenían 600 contagios estaban colapsando, parece que el nuestro no. Los medios pautan la información con el bolsillo y los oyentes quedamos expuestos a falsas premisas. Los que nos gobiernan se cuidan para seguir viviendo de la política mientras los trabajadores que pueden se arriesgan y los que no mueren de hambre. La igualdad no es lo que nos quieren hacer creer. Igualdad es educación y cultura, es libertad de expresión y oportunidad abiertas para todos, pero no quiere decir que a vos te vaya igual que a mi. Podemos tener deseos y capacidades diferentes, podemos esforzarnos más o menos, y no tenemos porqué tener los mismos resultados. Como sociedad nos aferramos a mentiras dichas por personas que hablan de patria enfundadas en trajes importados, pusilánimes.

Es hora de alzar la voz y no bajar los brazos. La comunidad científica no nos da respuestas. La política menos. La economía se destroza. No perdamos los valores, por favor.

Diario de Cuarentena: Coronados de gloria

La cuarentena nos ha vuelto muchas cosas: todos limpiamos, todos somos capaces de cocinar algo, todos somos biólogos, todos apreciamos un rato al sol, todos cuidamos el planeta, nos acercamos a nuestras mascotas, nos volvimos musulmanes de tanto lavarnos las manos, hacemos gym en casa, vemos cine, series, programas de viajes, cocina, y noticieros. Todos nos tecnologizamos. Al fin de cuentas, la cuarentena nos volvió gloriosos y perfectos.

Hay otras variantes, también nos volvimos: irritables, quisquillosos, capaces de comer el doble, con cabellos de colores extraños, ya sea porque vuelven al natural sin aviso, o porque intentamos ser peluqueros, tenemos las manos secas, la cara blanca y las carnes fofas.

Pero algunos se vuelven violentos. Te pido acá que te detengas. Si hoy violencia, denunciala, casi ninguna victima es silenciosa, los callados somos aquellos que terminamos cómplices del agresor por oír sin empatía. Otros aprovechan la soledad de las calles para asaltar al prójimo. Y también hay otros, que se coronan con la gloria del poder para robar la libertad.

Que el miedo al corona no te vuelva indiferente, que las cuestiones domésticas no te achaten, cuidate, y cuidá a los otros, pero entre todos cuidemos la idiosincrasia de lo que nos dio la gloria, que tiene como base un juramento, en defensa de la independencia, de la república y de la grandeza que solo otorga el ser libres. Por supuesto que hay riesgos, pero esos los corremos siempre. Pensar, respetar normas, pero no callarse. Por vos, por nuestros hijos, por la patria. Qué triunfe la libertad.