Cada palabra que diga en público la diré en nombre de mi hermana.
Seré universalmente admirada. Fern será influyente en secreto. Ese es el plan.
Ese era el plan.
La autora de Fuera de quicio no desea que las reseñas alerten a sus lectores, para que la sorpresa sea auténtica. Por lo que es poco lo que puedo contar de la obra, una historia que habla sobre el amor, la investigación, la melancolía y la aventura de un mundo poblado por seres diversos.
La historia la narrada Rosemary, que de a poco, nos va dando a conocer su familia, sus padres científicos y sus hermanos, Lowell y Fern. La novela va y viene en el tiempo y de ese modo nos enteramos de la infancia hasta la juventud madura de la actualidad de estos hermanos. Nos deja ver la trama, aquello que podemos conocer: que Rosemary y Fern eran íntimas, que Lowell parecía querer a Fern más que a Rosemary, que hay otras personas en la casa, y a medida que avanza la historia nos enteramos que de los dos hermanos uno desapareció y otro se fue. Nos enteraremos del por qué pasada ya la novela. Los padres, que dicen ser amantes de los animales, pexperimentan con ellos, poniendo a prueba la ética, la narración no deja dudas de lo terrible que resultan sus pruebas, pero también hace saber que es ciencia y que muchos avances se deben a esa crueldad. La autora parece invitarnos a reflexionar sobre la tensión existente entre esos ámbitos, se vuelve algo hermética por momentos pero desentraña el final con maestría. La verdad de Rosemary llega para que nos demos cuenta de la inconsciencia lectora hasta ese momento: Fern no se fue de casa por voluntad propia, se la llevaron. Terminará su vida en una jaula, porque es un chimpancé, al que los padres de Rosemary adoptaron como parte de un experimento, para que se criara con sus hijos y analizar su comportamiento, su crecimiento. Fern y Rosemary vivieron unidas y tal es así, que Rosemary vive la ausencia de Fern como algo traumático y se llena de nostalgia. Al saber el destino de Fern, comprende el enojo de su hermano, la mentira, el horror, la decepción. «Fuera de quicio» no pretende, es de lenguaje simple y expresivo, hace un culto a la equidad y al trato sobre los animales. Habla de derechos, de identidad, de lo esencial para ser. Ser animal, ser humano.