Los que no promovemos el elitismo ni la demagogia , estamos ante el angustiante problema de la representación y la verdad, porque habitamos un mundo en el que el más fuerte no tiene escrúpulos.
Hay una sostenida falta de honestidad, una gran desinformación dirigida, un relato constante que exprime las palabras hasta que se rinden a sus mentiras. La verdad, el sentido común, lo lógico, la democracia, la libertad y el progreso suenan incoherentes en un país gobernado al revés. Hay palabras como capitalismo, liberalismo, propiedad, trabajo, dólar, que están en voz de los líderes momentáneos como sinónimo de un anticristo posible y otras como pueblo, ellos, nosotros, oligarcas, gorilas, dios, que son expuestas como bases de un falso modelo progresista. SI usáramos el lenguaje del sentido común de los ciudadanos reales aparecerían las verdades pero el gobierno y sus pseudo colaboradores no están dispuestos a oír.
Si los ciudadanos dijéramos más lo que pensamos no se atreverían a engañarnos como lo hacen. La verdad es simple, pero como dice la canción, si no la decimos a tiempo, la verdad es devorada.
Apelar a ciertos miedos, desparramarlos como agua en un espejo en el que se ve sólo lo que afecta a la población, puede ser fórmula de control de la sociedad . El control social es la aspiración de algunos partidos políticos. Se trata de conservar su porción de poder durante el mayor tiempo posible. Hay temas prioritarios que pueden movilizarnos a todos, entonces se embanderan en lo que la gente supuestamente tiene como deseo en una sociedad llena de eufemismos. Ahora los debates que hay que dar no se plantean, para mantener el adormecimiento social.
Argentina tiene una sociedad en la que escasea el remordimiento, aunque vivamos hablando de memoria. La negación, la falta de compromiso para ayudar, entender, colaborar, escuchar, disculparnos, es moneda corriente en un país que vive en transición sin rumbo, huyendo de lo mismo infinitamente.
La ausencia de éxito viene a poner las cosas en su lugar. El gobierno actual, mal que nos pese a todos los argentinos, ha fracasado en salud, y ya abandonó los intentos, los falsos anuncios y las quimeras relatadas, su fama de moderado fue efímera y no dejó a todos cerca de la verdad, en una realidad que muchos evitan enfrentar. Sin trabajo, sin dinero y sin rumbo, con demasiados muertos que no son producto de un buen manejo sanitario, y sin proyectos que ayuden a sobrevivir. El éxito social equitativo quedó en manos de delirantes usurpadores que no saben de qué hablan y que jamás tomaron una azada ni estudiaron producción pero dicen tener un modelo agroecológico. Así, queda la sociedad contra la sociedad. En este país donde la memoria siempre flaquea, más aún si ponemos brillos destellantes a la mentira, y todo el tiempo conspiramos contra la verdad, pero es más grave conspirar contra su búsqueda.
Cuando la verdad se digna venir, su hermana libertad no estará lejos. Mark Akenside