Diario de Cuarentena: Rango

Creo que es el día 154 de la cuarentena que dicen que no existe pero que sí existe porque tenemos muchas libertades prohibidas, incluso podemos ir preso por lo normal, o matan gente por un control de cuarentena, podría seguir con demostraciones a lo largo y ancho del país pero prefiero hablar de algo que me viene molestando. Una cuestión de Rango, entre ministerio y secretaría parece que para el populismo gobernante significa calidad. Vamos a ahondar en el tema. La RAE permite las siguientes acepciones de rango:

  1. m. Categoría de una persona con respecto a su situación profesional o social.
  2. m. Nivel o categoría. Una ley de rango constitucional.
  3. m. Situación social elevada.
  4. m. Garbo, desinterés, desprendimiento.
  5. m. Estad. Amplitud de la variación de un fenómeno entre un límite menor y uno mayor claramente especificados.
  6. m. Ec. Fila de escolares colocados en línea.

Ante las chicanas constantes de que Salud, Cultura y otros Ministerios volvieron a ese rango, como si el hecho de tenerlo garantizara más de idoneidad, algo que claramente no ocurre, voy a analizar cada acepción de la RAE.

Categoría de una persona con respecto a su situación profesional o social: Bueno, primer conflicto de intereses, en un gobierno nac and pop que pretende que seamos todos iguales, esto de categorizar suena a discriminación. Como mínimo.

Nivel o categoría. Una ley de rango constitucional: acá entraría esto de que un ministerio es más que una secretaría porque el ministro no debe pedir a nadie autorización y el secretario sí. En un gobierno en el que estamos pidiendo permiso hasta para respirar, resulta cuanto menos, una ironía.

Situación social elevada: aclarar esto parece ridículo, pero no lo es, el populismo vive hablando de pobreza, pero es para otros, ni los gobernantes, ni los ministros ni los secretarios son ajenos a una necesidad de sentirse, como mínimo, elevados en lo económico respecto a nosotros. Por las buenas, que serían abultados sueldos y de lo contrario apelan a la corrupción.

Garbo, desinterés, desprendimiento: en el caso de nuestra actualidad, es una acepción que desconocen ampliamente.

Estad. Amplitud de la variación de un fenómeno entre un límite menor y uno mayor claramente especificados: Bueno, si de algo saben, es de límites. Lástima que no se los auto apliquen. El avance sobre la justicia federal es el mejor ejemplo.

Fila de escolares colocados en línea: esta varian de rango la aplican con nosotros, en las filas de jubilados, de acceso a los supermercados, de farmacias y de todo tipo de cuestiones de la vida cotidiana.

Parece una broma, pero es muy serio. La situación de nuestra salud, educación y cultura demuestra que denominar Ministerio no implica otra cosa más que más gasto público discrecional, dado que estamos sin salud, sin educación y sin cultura. De hecho como actor cultural que soy, no tengo trabajo, ni posibilidad de generarlo, mucho menos de obtener los mínimos recursos que el estado otorga con los impuestos de los ciudadanos. Sin embargo los nuevos Ministros de esas áreas, gozan de altísimos sueldos y gastos reservados, asesores, choferes y demases por no hacer nada.

La hipocresía en su máxima expresión, encima el presidente amenaza a los que alzamos la voz. Si esto no es totalitarismo, que es, y en alto rango. Voy a citar a una frase que se le atribuye a Karl Popper: «Aquellos que nos prometieron el paraíso no trajeron otra cosa que el infierno»

Diario de Cuarentena: Estabilidad o colapso

Dice la Real Academia Española que la posverdad es la distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Los demagogos son maestros de la posverdad. Y nuestra realidad está abarrotada de demagogia. La creencia de que vinieron a salvarnos es sólo eso, y la tenemos desde el inicio de la humanidad. Los demagogos la usan. Pero lo hacen porque les damos el permiso. Deberíamos pensar por qué buscamos un salvador. Por qué no nos hacemos cargo de nuestra existencia. Y las crisis sanitarias son el caldo perfecto para la cocción del populismo mal avenido que con el cartel del bien común acecha y castiga siempre a los mismos. Los más débiles.

Para hacerlo instalan la posverdad. Y entonces no dijeron lo que dijeron hace una semana o diez días. No es verdad que cuando comenzó la pandemia éramos los campeones y que los que llegaban a 900 contagios por día eran gobiernos asesinos. Pero cuando nos pasa, es lo mejor que nos puede pasar. No dijeron que los barbijos no servían para nada y ahora son obligatorios. No dijeron que lo más importante eran los abuelos pero no testaron los geriátricos y les achicaron los ingresos. No dijeron que nunca pondrían un cepo cambiario pero cada vez es más cerrado. No dijeron que CABA «irradiaba» virus pero los postearon en Twitter.

La posverdad no es propiedad de otros gobernantes y a nosotros nos gobiernan santos. Nos están corriendo con la distorsión constante de la realidad, y con la construcción de miedo y paranoia en nuestras emociones. Y de golpe está bien denunciar al vecino por ser libre. Y es un loco el que sale sin barbijo. Ahora los que nos gobiernan pueden hacerlo, y abrazarse, ir y volver a Cuba, andar por la patria sin permiso. ¿Quién eligió a los médicos que supuestamente nos cuidan con medidas cavernícolas?

Dice la RAE que la verdad es la realidad, es decir lo real y efectivo. Bueno, lo real son los hechos. Estamos encerrados. Estamos pobres. Estamos callados. Estamos atemorizados. Supuestamente nos cuidan de un mal mayor y para eso nos mantienen quietos como piedras. Pero cuidado que lo que parece estabilidad, no se convierta en colapso.