Menos mal que el sol viene a darnos ánimo y calidez, porque la realidad es lamentable. Mientras el Ministerio de Salud sigue en manos de alguien que claramente demostró que no puede con el reto, ahora también le pagamos a un «funcionario» de 19 años que dice les pibis, con la tontera que caracteriza a este populismo barato que supone que la inclusión pasa por cambiar una letra por otra de forma arbitraria. Mientras, las mujeres siguen siendo maltratadas, los homosexuales destratados o golpeados y los trans sin posibilidades reales. Pero si les sirve no están solos, los chicos heteronorma son desaparecidos cuando visitan a sus novias.
En cuanto a la seguridad, la pseudo Ministra desconoce lo que pasa, enfundada en su coraza de soy nac and pop pero no me muevo del escritorio, mientras roban a los mayores, balean por que sí, y nosotros estamos aterrados en ciudades vacías de ciudadanos y transitadas por narcos y delincuentes. Las provincias olvidadas hacen lo que pueden, y la de Buenos Aires para Kicilof es sólo AMBA, el resto seguimos pagando altísimos impuestos, gas de oro y luz de platino, a juzgar por su valor y ni hablar de Ingresos Brutos, renta presunta y la mar en coche. Menos mal que ésta gente vino a salvarnos.
Pero no queda ahí, el cerebro iluminado del ministro de transporte, pretende que crucemos el país en bicicleta, pero subsidia a sus amigos locales y nacionales, y ostenta un ministerio que le queda grande, recordemos que no pudo con el transporte local.
En economía, aunque es mejor haber acordado, tardamos ocho meses para darles lo que pedían, el ministro nos susurra pero emite a lo pavote y creen que los ciudadanos productivos vamos a seguir pagando impuestos mientras el resto del país vive de sueldos públicos y subsidios.
La educación, bien, gracias. No importa cuando vuelven las clases, total, los maestros son magos con zoom de 30 alumnos, y los demás, sin conexión o internet, que se jodan. Y socializar, relacionarse, conectar, no importa.
Los jóvenes parece que deben desechar el amor, el conocer a alguien, unirse a otro, relacionarse, y dedicarse a lo virtual, que tan bien les hace. ¿No?
Me disculpo por la descripción de la realidad que vivimos en un día de sol, es que salvo un cumpleaños de alguien que adoro, pero que no puede festejar no tengo motivos para que sea un gran día. Vivo en una república en peligro, sin futuro, y condenada por aquellos que con palabras vanas dijeron venir a ser los que nos salven. ¿De quién? Yo quiero ser libre, lo demás no importa. Me hizo acordar a una canción de los sesenta que decía :
No cambias más… No cambias más… No cambias más…
(Eres mi pasado y mi presente) Nunca más.
Palabra, palabras, palabras…