“la oración ensancha el corazón,
hasta hacerlo capaz de contener el don de Dios”.
Madre Teresa de Calcuta
La reseña de este sábado es particular, excede lo literario y tiene que ver con esas cuestiones que la vida nos pone delante para que no perdamos la fe. Conozco y quiero al autor, Nicolás Martín y fui testigo del proceso de enfermedad y sanación que cuenta en su libro. El tiene su propia fe, que no es la mía, o la tuya tal vez, pero que a la vez es la de todos los que creemos que no basta con la ciencia y que no se puede sin ella.
Nicolás relata su historia, maravillosa y entrañable, desde su propia voz, una voz inquieta, única, luminosa y perdurable. Recuerdo con claridad su cara frente al viento en la costa del Este el día que lo conocimos, su sonrisa perfecta, y su abrazo al saludar, con la confianza que da la fortaleza del amor. Nicolás no escribió en vano sobre David y Goliat, o sobre el esfuerzo por creer, ni es inútil la constante referencia a Dios en su libro. Josué es un ángel que lo acompaña y su hermanos, sus maravillosos padres, un ejemplo para otras familias que atravesamos dolores, porque como bien dice Nico, cada uno tiene su gigante delante.
Nicolás cita la Biblia, pero yo creo que la Biblia lo cita a él, he visto su lucha, he comprendido su causa y ha sido ejemplo para mi familia y mis hijos su valor y su energía. ¿Quién dijo que flaquear es no vencer? Nico tuvo miedos, los superó, Nico tuvo dudas, las reemplazó por certezas, Nico tuvo recaídas, y las pasó con la fuerza del amor y la fe.
Esta reseña no es nada más que eso. El libro de Nico es muy interesante, en especial cuando en primera persona nos cuenta su padecer, sus dolores en plena adolescencia, sus proyectos truncados, esas luchas dispares a las que se vio obligado por la vida. Pero también nos habla de familia, de amigos, de hermanos, de padres, abuelos, compañías preciadas para atravesar sus bemoles. Nico es testimonio y por suerte lo dice, lo escribe, deja registro. Porque la historia no es memoria viva, y en su libro Nicolás Martin une lo inexplicable, la histórica pelea desigual de David con el gigante y la memoria concreta de un joven rosarino, que puede ser tu hijo, el mío, o vos, que se volvió historia para vencer.
En casa queremos mucho a Nicolás y sus hermanos, todos amigos de mis hijos, pero además estamos orgullosos de conocerlos. Y en este libro Nico demuestra a otros lo que vimos durante años, la fuerza es una comunión de carácter, creencia, amor, historia y memoria. Si somos capaces de enfocarnos en lo bueno de la vida, a pesar de lo que pase, como ahora, en pandemia, si podemos hacer pie en lo mejor de una experiencia, estoy segura de poder decirte a vos lo que dice Nico en su libro, que recomiendo fuerte: anda, hermano, andá y Vencé.
Les dejo el poema de Rubén Darío, te lo regalo a vos Nicolás Martin
En medio del abismo de la duda
lleno de oscuridad, de sombra vana
hay una estrella que reflejos mana
sublime, sí, mas silenciosa, muda.
Ella, con su fulgor divino, escuda,
alienta y guía a la conciencia humana,
cuando el genio del mal con furia insana
golpéala feroz, con mano ruda.
¿Esa estrella brotó del germen puro
de la humana creación? ¿ Bajó del cielo
a iluminar el porvenir oscuro?
¿A servir al que llora de consuelo?
No sé, mas eso que a nuestra alma inflama
ya sabéis, ya sabéis, la Fe se llama.