Diario de Cuarentena: conejillos de indias

Cuando el populismo avanza, el pueblo es usado de conejillo de indias, la última prueba parece ser la vacuna rusa que pretenden que probemos. Y sí, somos baratos e ignorantes. Así nos ven. Y así nos muestra este gobierno malintencionado. Primero la vice se reunió con el embajador, viajecito de una supuesta master en salud con la esposa del ministro provincial y negocio hecho. No importa que no tenga las pruebas, si total como mucho, morirán más argentinos de los que ya murieron.

Vivimos como podemos, a los tumbos todos machucados, y nuestro gobierno esta preocupado solamente en tomar la justicia. Si uno tiene tos o dolor de garganta y llama a su médico lo atiende online, le dice que si no tiene dos o tres síntomas el estado no lo testea, si quiere testar su estado tiene que pagar un mínimo de 7000 pesos en un país con jubilación de 17000 y si logra hacerlo, puede dar un falso negativo. Eso sí, por las dudas quedate en casa 15 días, no seas asesino. De a 15 días por vez,pasó un año, con millones de contagios y mucho más de 30000 muertos, uno de los mayores números de mortalidad por millón y sin educación, llenos de incendios, fundidos y desesperados, ahora nos usarán para probar las vacunas de Putin.

Yo creo en las vacunas, pero en las que pasan las fases. No quiero ser más conejillo de indias de un gobierno patético y corrupto, e ineficiente que solo habla cuando la gente pierde sus derechos. De la economía, el plan o como lo llamen, no digo nada porque no existe. pero en esta maraña de palabras en que envuelven hechos tenebrosos nos podemos caer a un precipicio final. Ya lo decía Discépolo del siglo pasado, y seguimos sin aprender:

Que el mundo fue y será una porquería
Ya lo sé…
(¡En el quinientos diez
Y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros
Maquiavelos y estafaos
Contentos y amargaos
Valores y doblé…
Pero que el siglo veinte
Es un despliegue
De maldá insolente
Ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
En un merengue
Y en el mismo lodo
Todos manoseaos…¡Hoy resulta que es lo mismo
Ser derecho que traidor!…
¡Ignorante, sabio o chorro
Pretencioso estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
Que un gran profesor!
No hay aplazaos (¿Qué va a haber?)
Ni escalafón
Los inmorales
Nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
Y otro afana en su ambición
¡da lo mismo que sea cura
Colchonero, rey de bastos Caradura o polizón!…

¡Qué falta de respeto, qué atropello
A la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Toscanini va Escarfaso y Napoleón
Don Bosco y «La Mignón»
Carnera y San Martín…
Igual que en la vidriera irrespetuosa
De los cambalaches
Se ha mezclao la vida
Y herida por un sable sin remaches
Ves llorar la BibliaJunto a un calefón…
¡Siglo veinte, cambalache

Problemático y febril!…
El que no llora no mama
Y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
Nos vamo a encontrar!
¡No pienses más
Sentate a un lao
Que a nadie importa
Si naciste honrao!
Si es lo mismo el que labura
Noche y día como un buey
Que el que vive de las minas
Que el que mata, que el que cura
O está fuera de la ley…

Diario de Cuarentena: en el fondo.

Sábado 6 de Junio, verano y otoño fueron tomados por el virus. Con las estaciones se llevaron también la vista, que tanto zoom y tanta pantalla está afectando. Se llevaron la lealtad, ya que nos estamos apuntando con el dedo, denunciando, discriminando como fieras enjauladas. Nos arrebataron la fé, la comunión de la oración conjunta, la posibilidad del abrazo fuerte y cálido, la entereza que da la verdadera solidaridad que no está basada en el miedo o la desconfianza sino en el amor.

Cuando digo nos llevaron o nos quitaron, hablo de los que nos gobiernan tan irrespetuosamente. A ciegas, sin proyecto, sin hoja de ruta, sin otra meta más que la construcción de poder para salvarse ellos mismos. Y para eso nos necesitan en el fondo del mar. De un mar profundo y enfermo en el que nos creemos todos capaces de todo. Un mar donde la agresión está permitida por el anonimato y la distancia hace que nos olvidemos de la piel del otro, del olor del otro, y del propio.

En el trayecto de estos meses de forzada restricción a la libertad solo vi miserias y miserables. La injusticia, la destrucción de la república y de la economía, y la falsa ideología de algunos que suspiran por pobres en un mundo de ricos. Ayer se corrió la voz de que hay un caso de la COVID-19, sí, la, es una enfermedad, y lo mínimo que dicen de este trabajador es que es un asesino. Les tengo una pregunta: ¿le dicen lo mismo a quien contrae gripe o neumonía? o pensamos que estamos ante algo que no es una enfermedad. ¿Por qué vamos a estar exentos? elijamos pelear contra el poder desmedido, la falta de test, de orden político, de división de poderes. No nos agredamos, o nos denunciemos entre nosotros volviéndonos fascistas de perogrullo. Luchemos contra los que se eligieron para hacernos más libres, los que deben apoyar la construcción de riqueza y no de villas, los que deben fomentar el trabajo y no el asistencialismo. De lo contrario seguiremos caminando ciegos en el fondo de un mar ficticio creado por los que nos quieren así. Quietos y sin fe.