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Vignolo participa el 9 de Julio en el ciclo «12 Poetas x Jueves»
El próximo jueves 9 de julio, nuestro país conmemora el Día de la Independencia Nacional.
Publicadoel 7 julio, 2020 Por Grupo La Verdad
Por Redacción Grupo La Verdad
El próximo jueves 9 de julio, nuestro país conmemora el Día de la Independencia Nacional.
Ese día, el ciclo virtual 12 Poetas x Jueves, ideado por el poeta local Darío Lobato, hará una edición especial con Poetas por la Patria.
Será una celebración virtual con poetas desde La Quiaca hasta la Patagonia. Lobato expresó que «el objetivo es el fluir de la poesía desde un espacio federal, que expresa también que la poesía es una expresión de vida».
Para esta plegaria dedicada a la Independencia, se ha organizado primero el Himno Nacional en la voz de Coqui Sosa, en honor al nacimiento de la voz de nuestra patria Mercedes Sosa, luego hablará la directora del Museo de Casa Histórica de la Independencia y comenzará el recital poético en las voces de Ernesto Rojas, Alfonso Nasiff, Roberto Espinosa, Lucía Carmona, Coqui Sosa, Melcy Ocampo, Mario Tolaba, Hilda García, Honoria Zelaya de Nader, Edith Albaini, Darío Oliva, Lidia Vinciguerra y Soledad Vignolo quién además actuará como moderadora del evento.
El recital será en vivo, a las 20, y se replicará en el canal de Youtube de 12 Poetas por Jueves y en todas las redes de los participantes.

Diario de Cuarentena: Hibridación
Said, civilizando barbarie en la India de Dickens y de otros.
La tortura de sueños coloniza y la paz se hace racimo.
Ensangrentados.
Un inglés, un ruso y un eslavo, es otro portugués, otro español, otro peruano.
El maya es un mongol arremangado y la catarata con sangre de todos, corre.
Catarata en un tiempo que gira y nos abruma, por la suerte de ser, colonizados.
Se produce el mestizaje, hombres hermanados. Mitad indios, mitad árabes o coyas,
hombres de piel cetrina, humanizados.
Y la palabra tiempo vuelve siempre, a recorrer presentes y pasados.
Letras en idiomas intangibles, sin querer seleccionados.
Inglés es español y es chino y es francés. Ruso es hindú y es alemán y es italiano.
El abrazo es un idioma universal. Y la voz es la misma cuando canta,
Cuando grita, cuando calla. La voz no tiene tiempo, es suspiro acompasado.
Y voz tienen el indio y el tehuelche y el hombre moderno y el chino mandarín acurrucado.
Y tiene música en su voz el brasilero, el ciudadano de Angola y el paisano.
El gaucho argentino y el hebreo, que milita por un dios humanizado.
Y el ora a Alá, arrodillado.
Y las voces, si se igualan, hacen música. Orquesta celestial.
Voces del mundo pacificando guerras, con los sueños vivos, presentes y pasados.
La herencia a cuesta, y sin piedad, asegurando identidad, los genes heredados.
Herencia. Humanidad. Velocidad. Tiempo. Materia.
Molinos de vientos no derribados,
aquellos que manejan la historia con hilos de guerra, los sostienen en pie.
Bizancios modernos perlados de sombras, azhares de Izmir que aroman la sien.
Un dorado ejército de niños muriendo, por el sueño avaro del fulano ,
y en laberinto que ciñe los siglos, un niño nacido en Jerusalén, purga lo pecado,
y nos reconcilia, con la misma idea de hacernos el bien. Cimientos que estallan,
patriarcas que duermen, y en la metafísica que crea un réquiem, la conciencia vuelve
para darnos vida, antorcha que brilla.
Un silencio esquivo, que se hace bullicio piando palomas,
el niño y su llanto de pureza extrema, tanta decepción.
Hombres. Ciudadanos. Herederos. Humanos. Guerras. Voluntad.
Terrorismo. Cruzadas. Patria. Humanidad.
No nos olvidemos que el tiempo no es tiempo, Que somos el otro.
Circularidad.
Un rubí caliente, de sangre azotada, me toma la mano de tanto pecar.
Y la estrella asoma, impía, arriesgada, intenta de nuevo, Belén alumbrar.
Vamos hombre hermano, vamos por la vida, por la pertenencia,
por la pacha mama, por la libertad.
Vamos por la historia, sintiendo la sangre de la humanidad,
con estrechos tiempos, o instantes eternos,
pero siempre tiempo, tiempo circular.
Vamos por la vida, por la trascendencia.
Dejemos herencia, construyamos paz.
Feliz día del Escritor. Se conmemora cada 13 de junio en homenaje al nacimiento de Leopoldo Lugones (1874-1938), poeta, cuentista, ensayista y novelista argentino.

Soledad Vignolo participará del encuentro «12 poetas x jueves»
Por Redacción Grupo La Verdad
Los escritores juninenses Soledad Vignolo y Darío Lobato participarán hoy del encuentro «12 poetas x jueves», que se transmitirá en vivo por el Facebook de la Embajada de la República Argentina en México, con la presencia de poetas argentinos, mexicanos y españoles.
Vignolo contó a La Verdad que “este encuentro virtual de poesía se viene realizando todos los días jueves y sale en vivo para España, México y Argentina. Los países van variando porque hay poetas de distintas nacionalidades que van participando. Este circuito poético fue una iniciativa de Darío Lobato y yo me sumé junto a Claudia Tejeda, una poeta cordobesa. Junto a otros escritores de distintas latitudes, durante una hora en vivo, hacemos rondas poéticas”.
“En la edición de hoy, por Argentina estarán Guillermo Pilía, Martín Echeverría, Lidia Vinciguerra, Pedro Enríquez, Carolina Zamudio, Esteban Charpentier, Ana María Mayol, Lucía Carmona y Florencia Locelso.
Además, también participarán Vanesa Romero y Francisco Navarro, ambos mexicanos, por España estarán Pedro Enríquez y Ricardo Cuellar”, destacó.
La unión
La poeta juninense expresó que “la fuerza de este evento tiene que ver con la unión de continentes y es una idea que se está sosteniendo, porque la de hoy es la cuarta edición y se siguen sumando poetas de diversas partes del mundo. La idea de esta circulación de la palabra en cuarentena no es menor, porque estamos en un momento estático y queremos que las voces se escuchen a lo largo del mundo. Estos jueves poéticos son un aliciente para este momento donde ganan la angustia y la melancolía y las cuestiones del intelecto necesitan ser movidas”.
La cita es esta noche, a las 20, en el Facebook de la Embajada de la República Argentina en México, el de Darío Lobato y lo replican cada uno de los participantes.

Diario de Cuarentena: Es posible
Anoche participé de un encuentro virtual poético donde todas las voces todas fueron posibles. Éramos poetas de diferentes puntos de Argentina y Chile. La voz fuerte de Marga Fuentes, una chilena que luchó contra injusticias y que escribe con la fiereza del que sabe de lucha, se hizo oír.
Pasamos por la magia cordobesa de Claudia Tejeda, la realeza poética cruda de Osvaldo Burgos, el entrañable canto poético de Ernesto Rojas, la sabia letra de Berenguer y Di Lernia, la ternura indescriptible de la voz de Ana Guillot y las poesías de Rubén Balseiro, Sonia Rabinovich y Ricardo Bocos.
Darío Lobato nos convocó e hizo posible que doce de nosotros, los locos del mundo, hiciéramos sin pausa, un encuentro plural. Darío le dio voz a la letra de María del Mar Estrella, y el sueño atrevido sobre la posibilidad de disentir y seguir unidos fue una realidad poética que nos convocó para quedarse.
Siento que hablo por todos, los que nombro y los que viajan en la nube poético tecnológica de hoy, cuando digo que fue posible la palabra como vínculo mágico que hilaba la maravilla de la diversidad. La cultura es eso, diversidad.
Sentí tanta emoción en la democratización poética que construimos anoche, que deseo compartir con vos mi sensación, Es posible, es posible, podemos unirnos como hermanos, los pueblos, los hombres y mujeres del mundo. Podemos oírnos y respetarnos, y en el camino que media entre pensamientos opuestos, hay un espacio para marchar juntos, incluso junto a los muertos que en verdad nunca mueren. La palabra, la literatura, la poesía en este caso, lo demostró el 28 de mayo de 2020.
Quiero dejar a uno de los poetas como registro, con el deseo de ser una caja de resonancia que replique la decisión de construir una unión plural.
EL RESPLANDOR de Osvaldo Burgos
Ella no pudo cerrar los ojos a la lluvia de fuego. Y allí donde una vez había existido
una ciudad, eligió detenerse.
Él sintió el Verbo de la urgencia quemándole las manos. Y cruzando el desierto
inapelable; desierto fue.
Tanto se imaginaron huyéndose hacia el otro, que llegaron a dudar de haberse
visto.
Tanto se vieron en el goce de la huida, que abrazaron la certeza de no reconocerse
más.
Un día, con el imperturbable paso de los siglos, descubrieron que nada podían
ofrendarse. Nada, salvo a sí mismos.
Entonces, Ella dijo: “que sea la luz”.
Y viendo que la luz era buena; Él hizo del azufre y de la niebla apenas un mal sueño.
Desde ese resplandor han transcurrido por innumerables nombres, por infinitas
lenguas, por inabarcables cuerpos.
El mundo, al fin y al cabo, sigue siendo lo que es. Entre una guerra y otra, ellos
siguen naciendo a la celebración de aquel abrazo interrumpido.
Y a salvo ya de todo sacrificio, por el momento exacto en que se entregan al
compartido rito de esperarse, son eternos.

entre todas
La tumba de mi madre, usted sabe
Es una más, igual a otras tumbas.
Tiene el mármol grabado porque
Le robaron el bronce
Y tiene una lata de tomates perita
Como florero.
El pasto se sumerge en sus esquinas
Y rompe los ángulos que la nombran
La tumba de mi madre, le digo en serio
Se reconoce por el dolor que la baña.
Conserva mis lagrimas clavadas en cada hueso
Y largos pensamientos que hacen memoria.
No tema usted acercarse, venga, suspire,
No es una tumba diferente,
No hay oro en sus manijas,
ni esta hecha en madera de nogal,
No propone epitafios que la lloren,
Es de mi madre, nomás.

Ángulos
Del prólogo del libro
«Desde Ángulos, Soledad Vignolo se anima a rimar varios de sus encendidos versos, en tiempos en que parece mal visto emular a Rubén Darío o a Becker. Define el momento con una oscura sentencia que sólo se permiten los que están seguros: “el cambio de decena se hace secular y silencioso. / Pero no aburrido”. Se para del otro lado del espejo para alertar: “Si estás quieto la muerte te arrebata, te quema aún verdoso, te saca”. Por eso, su receta sin pudores incluye acordes stoneanos y guerra de corazones sin cruzada, “tango cruel y rock violento”. Disfruta el desnudo completo e irreverente de su alma. Y vuela libre en el “intenso viento de la vida”, para aspirar la magia de lo nuevo y compartirlo con sus lectores. Soledad levanta banderas en momentos plenamente aciagos, para volver a creer en crecimientos y acertijos, o para gozar de maremotos de sueños a medio construir. Para ser feliz con ojos bien abiertos. Y vivir».