Kryptonita (2011), de Leonardo Oyola, es una obra con variaciones de género que va y viene entre el realismo y un no realismo al estilo superhéroes americano. No falta nada de lo que un cómic tendría, familia, amigos y enemigos, injusticia, amor, todos los condimentos. La novela tiene una idea interesante, y por momento logra con maestría viajar de un género a otro, de la realidad a la no realidad, incluso en sus diálogos. Hay un hallazgo del autor en la forma de esos pasajes, que no incomodan ni parecen forzados.
Kryptonita entra dentro de la llamada “narración de los márgenes” que algunos autores ubican en el inicio del milenio, siendo un estilo que pretende acercar la realidad al lector saliendo del realismo, en este caso Oyola utiliza una especie de ciencia ficción, ya que produce un choque en el lector, lo estremece, tomando a este mundo ficcional que crea para lograr el extrañamiento y romper con paradigmas que automaticamente aparecen en el lector. La referencia con lo real, el narrador y distintos integrantes de la banda, que nos narran historias secundarias sobre su vida o la de Nafta Súper, la construyen con apelaciones sociológicas, antropológicas e históricas –respecto a lugares o personajes del entorno marginal del conurbano en la década precedente al 2000; lo vemos cuando se refleja la crisis de 2001 y aparencen elementos culturales para ser asociados, como los recitales o la televisión,o el apodo que le ponen al médico del hospital,,“Socolinsky”.
Kryptonita dialoga con el realismo, se apoya en hechos empíricos, pero postula un mundo propio, con inequidades también, que posee una especie de cofradía justiciera que enfrenta las injusticias del sistema opresor en el que viven los personajes. Éstos sigue tras una justicia equitativa que los iguale a los demás. En Kryptonita, Nafta Súper y sus cófrades tratan de volverse y enfrentar ese sistema social que los expulsa desde la marginalidad en la que se criaron. La novela cuestiona el orden del realismo literario y lo hace desde voces verosímiles. El médico nochero, Nafta súper, el diablo amarillo y cada uno de los personajes aportan a la construcción de una historia marginal, que cada vez queda más cerca de casa.
Para leer de un tirón entre superpoder y superpoder.