Ayer participé del primer Zoom de muchos en proyecto de integración cultural privada entre artistas argentinos y mejicanos. Contamos con valiosas presencias, entre ellas la poeta Claudia Tejeda y Darío Lobato, así como artistas visuales del país del norte y fotógrafos locales. Este mundo que ya no puede gestionar si no es en red, nos permitió crear lazos en un tiempo de aislamiento.
La calidez fue el eje, y los egos quedaron fuera de escena, porque la cultura era la muestra. La posibilidad de reflexionar sobre lo que nos ocurre, sus pro y sus contras, la posibilidad como dice La Padula de entrar en el cono de silencio necesario para producir un cambio artístico, una nueva esencia, un nuevo sentir mundial.
Capaz que a vos, que estás leyendo no te importa la literatura o el arte, pero tenés usos y costumbre, comés o tomás tal o cual comida típica, te bañás oyendo a Abel Pintos, o te emociona el Aconcagua cada invierno, te deslizas por los médanos de las playas oceánicas, o la paz te viene en un abrazo de los valles calchaquíes.
Eso también es cultura, es identidad. no hay posibilidad de que puedas evadirte. La cultura somos todos, no es propiedad de una élite, te regalo una pequeña muestra del Testamento de Pablo Neruda como cierre: