Diario de Cuarentena: Murmullo

Aunque en CABA y AMBA todo parece normalizarse la mayoría de los bonaerenses seguimos en cuarentena, una extraña, aggiornada, poco rigurosa, pero complicada cuarentena. Es un drama atenderse de afecciones simples, no hay posibilidades de hacernos test salvo pagando más de 7000 pesos, y estamos todos contagiados de miedo o de COVID. Pero todo esto es nada comparado con lo que sucede a nivel económico y social.

El dólar bajó pero a costa de las reservas de ANSES y del ajuste a los jubilados, medidas momentáneas que sin achicar el déficit, algo improbable si siguen agrandando el estado, y sin bajar la emisión. Por más relato que tengan si vas al mercado sabés que la inflación es altísima y que ya venden frutos de a uno. Los medicamentos tienen precios siderales y los creadores seriales de pobrismo y asistencialismo solo murmuran bajito para no ser oídos , que lo están logrando. Quieren esclavos, no ciudadanos.

Me da mucha pena la poca conciencia de los intelectuales de nuestra sociedad, y siento que son imperdonables sus silencios. La gente común, el que lucha por un plato para los hijos, no debe avergonzarse, pero aquellos que pueden y tienen las herramientas para gritar, tienen que dejar de ser murmullo y elevar la voz ante la incansable violencia que genera el encierro, el hambre y el despotismo económico. Nos gobiernan mentes siniestras, impunes y desgraciadas, que no buscan el bien social, por el contrario, apelan a destruir nuestra trama, para su beneficio.

¿Dónde están los sindicatos, los colectivos de género, los progresistas asumidos, ante semejante desastre sanitario, económico y social? Son el murmullo de lo indecible. Por favor, ciudadanos, continuemos en pié.

Diario de Cuarentena: #observatorio

La idea de observar y controlar todo con minuciosidad siempre me sorprende cuando viene de diputados que dicen ser progresistas, o muy Lelouch y ahora nos quieren observar el periodo menstrual. Digo : no será que les pagamos sueldos importantes a estas señoras para que piensen en cuestiones inherentes a la situación caótica que vive el país en vez de estar paveando con la copa o no copa o como sea que manejamos nuestros períodos menstruales.

Cuando creo que todo lo que podía ver ya lo había visto aparece esto. En la misma semana de la vacuna rusa. Una que quieren usar con nosotros que somos baratos y truchos ya que ni sus propias tropas quieren usar. Y estamos preocupadisimos por la elección de EEUU como si algo nos modificara, en vez de ver el desastre en el que nadamos. Uno lleno de ASPO, DISPO, Cuarentena, muertos, falta de test, economía destruida, negocios cerrados, y la joda permanente del negocio de los políticos tradicionales sobre los intereses ciudadanos.

Mientras nos quejamos y nos morimos de hambre, viajan a apoyar a Evo, a comprar basura en forma de vacuna salvadora o a escapar del cotidiano que nos crearon sin cesar. Dicen cuidar la vida, pero apoyan el aborto indiscriminado, y además eligen que debemos usar en nuestro ciclo menstrual, un nuevo observatorio, un nuevo curro. Mientras la clase que dicen defender se ve sometida al pobrismo practicante del populismo, de algunos sectores de la iglesia (me duele decirlo) y de los que miran para otro lado.

Mañana hay un manifestación, la acompaño, pero además debemos pensar antes de votar, antes de actuar y antes de irnos. Este es nuestro país, y nosotros elegimos a la gente que asume el poder. No seamos hipócritas, dejemos de ser progres con prepaga para ser ciudadanos, aunque lo que votemos o lo que digamos, como es el caso del diario de hoy, no sea cool.

Diario de Cuarentena: Heridas

Me desperté contracturada, como si mi cuello intentara resolver la economía, mi espalda fuera el FMI y cada vértebra un acreedor de Vicentín. Es que cuando te duele tu patria, las heridas no pasan solamente por vos. En lo últimos días, ya llegando a un centenar en confinamiento, se me escapa solo el pensamiento y no refleja siempre lo que deseo.

Estoy angustiada por lo que veo, por la barbarie de las medidas y la desazón de los que están perdiendo todo. Por supuesto que me preocupan los que enferman. La diferencia es que un virus es algo inevitable. La debacle económica es una elección. Tal vez es hora de que los argentinos nos lamamos las heridas, unos a otros, para poder crecer. Porque en la vorágine discursiva siempre quedamos colgados de la política inescrupulosa constructora de pobreza. Me da mucha impresión la ceguera de la democracia argentina. Nunca valoran lo que de verdad nos definiría como una potencia, es más, lo castigan. Empecinados una y otra vez en crear una falsa conciencia de clase con falsas premisas vestidas de pueblo. Pero no nos confundamos, el progresismo en américa solo trajo hambre, y no hay dignidad en la miseria. Ni oportunidades. Parece que hablar de calidad, mérito, esfuerzo, trabajo independiente, libertad fueran cuestiones locas. Sin embargo lo loco es continuar con un asistencialismo insostenible que nos vas a llevar al fracaso sin límites.

La búsqueda debería ser superadora, y que éste virus y éste momento histórico sean solo un puño que interrumpe el tronco en desarrollo de nuestra sociedad, para que únicamente en ese punto de nuestro tiempo homérico dejemos de crecer. Y de una vez por todas, aprendamos.