Al pie de la escalera

«El frío llegó tarde aquel otoño y a los pájaros cantores los cogió desprevenidos. Cuando la nieve y el viento empezaron a ser intensos, demasiados habían sido engañados para quedarse, y en vez de partir hacia el sur, en vez de haber volado ya hacia el sur, estaban acurrucados en los jardines de las casas, con las alas ahuecadas para conseguir un poco de calor. Yo estaba buscando trabajo. Era estudiante y necesitaba trabajo de canguro, de modo que pasé algún tiempo caminando por esos atractivos pero invernales vecindarios, de entrevista en entrevista, al tiempo que inquietantes multitudes de petirrojos picoteaban la tierra congelada, pardogrisáceos y desvalidos —aunque qué pájaro no parece, incluso en las mejores de las circunstancias, algo des

Moore, Académica de las Letras de América, intenta, en esta novela, mostrar el ser americano promedio en la vida de Tassie, una chica de pueblo del Medio Oeste que vive con sus padres y hermano; se marcha , a la universidad con sus valores a cuesta, quiere madurar y crecer. Allí conoce Sarah, que buscaadoptar a un hijo, la contrata como niñera hasta que el pasado lamentable de la mujer aflora y desestabiliza la adopción y el trabajo de Tassie. Los secretos de los personajes, su empleadora, su esposo, el chico con el que sale, dejan ver más que lo que la propia autora nos permite. Moore dejo claro que pretendía con esta novela “dar un pequeño golpe bajo a la vida estadounidense”. Y lo hace, es terriblemente crítica, con el humor interesante de la autora, tal vez repetitiva en sus descripciones contexturales, pero sin dudas hace pie con un criterio brillante y mordaz en el tema que aturde a la literatura norteamericana, que es el racismo. También utiliza el tema de la adopción y no escatima en dejar posición sobre el comercio subyecente.La peor hipocresía burguesa queda expuesta en la obra realista, descriptiva y concreta y en la magnífica prosa de la escritora que nos permite ver sin velos la miseria de la sociedad. Narra tan bien, utiliza el showing con maestría y así nos muestra escenas memorables.

Es una novela franca, y lastima, pero tiene un cariz humorístico que permite al lector no desfallecer ante la brutalidad de algunas conversaciones que acontecen. Las comparaciones son hitos en el texto y nos muestran como somos los humanos ante los otros de manera brillante. Es de lectura ágil, sin desperdicio, pero aún así siento que Lorrie Moore es mejor cuentista, las historias en sus relatos tienen un peso que no logra de la Sarah y Tassie, a pesar de los dimes y bemoles que las interpelan. Es una buena novela pero lo que muestra ya lo hizo Roth o Carver, la diferencia es su voz irónica, divertida que vuelve menos trágica la negativa realidad.

Un párrafo especial mereces las conversaciones del grupo de apoyo que están tan bien logradas que molestan, y nos interpelan como sociedad. La guerra, la muerte, el amor, la traición y la hipocresía. Tiene todo, Lorrie Moore no decepciona. Una buena lectura para iniciar el otoño.

Cuentos completos de Lorrie Moore

“Si [el avión] no se estrellaba, si conseguías mantener en el aire toda tu inutilidad, se trataba simplemente de salir, localizar el equipaje y, en el tiempo de encontrar un taxi, haber dado con un motivo convincente para seguir viviendo

Lorrie Moore

Moore (Nueva York, 1957) es una cuentista, puede, como lectores, ponernos en la encrucijada de deshauciar el futuro o creer para siempre en el amor. Porque aunque es dura, y nos llena de muestras de las miserias de la vida, siempre abre una luz de esperanza. Es una autora premiada y que se la reconoce aún en plenitud. Desde 2006 es miembro de la American Academy of Arts and Letters  y enseña Lengua Inglesa en la Universidad de Wisconsin.

Cuentos completos, como su nombre indica, compila todos sus libros de relatos: Autoayuda (1985), Como la vida misma (1990), Pájaros de América (1998) y Gracias por la compañía (2004). Su humor es crocante, lleno de pequeñas desgracias, con las miserias de la posmodernidad pero también con su mordaz ironía.. Moore nos cuenta cómo somos con solo narrar escenas cotidianas de vidas mínimas. Aunque ella situa sus narraciones en Estados Unidos, su historia es universal, el tiempo pasando en ciudades ajadas, en no lugares, vino, reuniones, aeropuertos, nacimientos, senilidad. Lo de todos, esas vidas proletarias que tenemos todos, y que esta autora cuenta con las incuestionables sutilezas que una autora mujer puede detectar. No es lo mismo para una mujer el amor, la pareja, el tiempo, la muerte. Y Moore lo expresa.

Autoayuda está conformada por cuentos que se burlan de la cursilería de los libros que pretenden decirnos como vivir. En segunda persona, modo imperativo, nos cuenta como ser madres, amantes, enamoradas de un tipo casado, horrible, ególatra y generalmente viejo. Si se trata de madres que adoctrinan a sus hijas, recurre al testimonio en primera persona y nos dice por ejemplo: “los hombres de talento tienen la cabeza muy ocupada” por eso debemos cuidarlos. Todo pasa en este compilado, divorcios, esposas desahuciadas por una amante esquelética que comen sin parar, mastectomías. Hay vacios. Hay malas vidas, bien narradas. Nos indica donde mirar todo el tiempo.

Moore nos lleva a los extremos de la emoción, no sé si es una gran autora, tal vez repetitiva, o con recursos recurrentes, pero sin dudas emociona, conmueve y es para probar una tajada de su obra ant4es de desecharla Las mujeres de Moore son manifiestos, una de ellas dice que se siente como “una bomba nuclear colgada sobre todos y cada uno de nosotros”. ¿Por qué debemos vivir? ¿Por qué nos toca esta vida? Bien podrían ser las preguntas anticipadas que intenta responder la autora.

Al fin y al cabo nos estamos muriendo de a poco y de tristeza. Esa sensación aciaga de lo cotidiano, la americana sopa en latas, el pan con mantequilla, que acá puede ser un mate con facturas, no logran tapar ese día a día perdido, en el que lo gris nos come, nos deja sin aliento. Y el amor , para Moore, cualquier amor puede ser el salvavidas desesperado antes de volvernos huecos.

 Pájaros de América, vuelve pájaros a las actrices frustradas y alcohólicas, a las esposas que se hacen las dormidas para no morir con ellos, las mujeres de más de más de 40 sin amor. Todos estos pájaros son aludidos por la autora para que los lectores podamos comprenderlos, tal vez como reflejo de una empatía que no existe y que Moore busca instaurar, haciendo hincapié en el saludo, la cortesía, la posibilidad de mirar al otro en su propia otredad. La cito: “no había nada tan complejo en el mundo (ni una flor ni una piedra) como un simple hola de un ser humano”.

En Gracias por la compañía, nos da respiro con la ironía con que narra personajes cincuentones, semi jóvenes, semi viejos, llenos de nostalgia, enfermedades, cirugías y casamientos, todo da igual. Moore nos pone a prueba todo el tiempo y podemos escucharla susurrándonos que la vida, así, como es, despiadada y terrible, vale la pena.