«Con su lazo y su red de cazar historias, va en busca de presas mayores: los amores brutales, las formas más retorcidas y penosas del deseo.»
Del Prólogo de Ana María Shua
El libro consta de seis cuentos inquietantes con una escritura precisa, pero que se nos vuelve tremenda. Los personajes y las historias de Amores brutales no pertenecen al cotidiano. Son excesivos, arbitrarios, incómodos, obscenos y trasgreden por definición, están, además, escritos con maestría. Los deseos que los llevan a actuar navengan en un borde donde lo perverso se impone, y las tramas nos dejan sin poder abrir juicio sobre estos seres peculiares. Carlos Chernov disecciona la conducta de los hombres y mujeres que después narra con una cuota también brutal de humor. No hay intención fantástica, lo monstuoso está en nosotros y el límite también. Este gran autor nos pone en la nariz escenas que por muy poco no nos parecen normales o aceptables y ahí reside lo inefable. Los cuentos son :
Eugenia convertida en obra de arte
Hasta que la muerte nos separe
La composición del relato
La enfermedad china
Plaisir d’amour
Wally, el asesino agrario
Carlos Chernov en Amores brutales tuerce un poquito apenas la realidad. El lenguaje es extraordinario y eso nos lleva a un mundo paralelo que reside cerca, muy pegado al nuestro.,y los personajes, bestiales, voluptuosos, pueden convivir con nosotros.
El arte del cuento es una orfebrería, que se construye con precisión y con misterio . Wally, el asesino agrario o Eugenia convertida en obra de arte son muestras de lo mejor que he leido, y me remitieron a Felisberto Hernández.
Son cuentos brutales que duelen, como el amor.