Ayer la sociedad civil se asqueó ante la impunidad.¿Pero de qué se trata ? Las graves violaciones de los derechos humanos acontecidas a lo largo de la historia y que han quedado sin castigo fueron las que hicieron relevante el concepto de impunidad. En la actualidad este concepto ya no se relaciona únicamente con la ausencia de castigo, sino con la existencia del estado de derecho y la eficacia de los órganos jurisdiccionales. El problema por combatir la impunidad de los graves crímenes cometidos por los Estados empezó a tomar relevancia y popularidad a raíz de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Comunidad
Internacional inició el trabajo de encontrar un mecanismo que justicializara las atrocidades cometidas por las partes en conflicto. A raíz de la experiencia de los Tribunales de Núremberg y Tokio se empiezan a
concretar los esfuerzos internacionales para evitar la impunidad, sin embargo, el término no se acuña hasta años después, luego de que Naciones Unidas decide darle importancia a la lucha contra la impunidad.
Recién en los 90´s con el informe de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección de las Minorías titulado “La Administración de Justicia y los Derechos Humanos de los Detenidos se la tomó en cuenta. Es Louis Joinet quien logra introducir en un instrumento internacional la definición de impunidad desde el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Pero en cuanto al concepto impunidad queda una deuda pendiente a nivel de investigación científica, ya que se debe profundizar doctrinariamente en la aplicación del concepto impunidad, así como conocer la eficacia de la lucha contra la impunidad, analizar la aplicación de los instrumentos e instituciones creadas para este fin, por medio del estudio y evaluación de casos concretos, complementándolo con análisis estadístico de resultados y avances concretos en cada país en la consolidación del respeto a los derechos humanos, en la búsqueda de un mundo cada vez más justo. Vemos en todos los antecedentes que siempre se habla de la impunidad y de su análisis cuando los afectados son los detenidos. Y está muy bien, pero ¿qué ocurre, como en nuestro país, cuando la impunidad es hacia el ciudadano que tributa y ve libre a los corruptos detenidos? ¿Cuando quedan impunes atropellos contra la república? Nos debemos un debate profundo sobre por qué toleramos con facilidad la impunidad económica. Para poder enfrentar con éxito los graves problemas de impunidad que afecta día a día los derechos humanos de las personas, los organismos internacionales recomiendan a los Estados dar a esta grave problemática el lugar que les
corresponde dentro del marco de interés socio político, porque las luchas individuales no bastan para combatir la impunidad. Entonces, en este diario de hoy, propongo pensar la impunidad como inherente a la antropofauna argentina, tan amiga de lo ajeno y de la «avivada» y con tanta inclinación para hablar de derechos humanos propios y desconocer los de otros, y desde ese lugar de lo propio, analizarla, castigarla aún en los que consideramos amigos y comenzar una revolución desde lo social contra lo impune. Tal vez así la Nación tenga futuro.