Diario de Cuarentena: Casi cien

Ayer le prometí a mi amiga Mariana ver lo positivo de nosotros, los argentinos. Así que hoy voy a dedicar mi diario a eso. A Nosotros.

A los que nos levantamos todos los días con proyectos, a los que hemos sido capaces de superar enfermedades, a los que seguimos abrazando la idea de la libertad posible, a los que estudiamos y seguimos haciéndolo porque el aprendizaje construye realidades. A los emprendedores, tantas veces castigados y aún así siguen en pie. A los empresarios que apuestan al país , no matter what, una y mil veces para que otros tengan empleo. A los chacareros, campesinos, agropecuarios todos, que con su trabajo muchas veces esquivo y azotado por la naturaleza y los gobiernos siguen firmes. A los empleados públicos ( gracias Elisa) como los trabajadores de la salud, los policías, los educadores, los penitenciarios, las fuerzas militares, la justicia, a todos los que desde el estado aportan para que funcione el país, a los otros, los que son corruptos, cargos a dedo, ñoquis,prefiero olvidarlos.

A los que están en la informalidad, pero aspiran a más. Al argentino aspiracional, ese que desea crecer, crear, cambiar. A esos les hablo. No importa si pudiste hasta ahora o no. No te rindas.No nos rindamos.

Tenemos un país que nos cruza delante maravillas, que se mete en la piel con sus paisajes, que nos puebla de mar, de sierras, de mesetas, de selva, de altiplano, cataratas, glaciares, picos, volcanes, playas, pampa.

Y somos muchos más que los que quieren vernos caer. No te rindas. No nos rindamos. No seamos convidados de piedra. A casi cien días del encierro, brillemos. Yo creo en vos, creo en nosotros.

Diario de cuarentena: el otro.

Ya me da vergüenza decir de cuarentena a los 91 días, pero es un nombre simbólico que siento que adquiere cada vez más significado en este juego diario que nos propone un poder draconiano y obsoleto que pretende tapar su ineficacia con runners.

Pero, a pesar de la cuestión política y de los deseos de muchos, sigo con la fuerza necesaria para producir, escribir, tratar de que la literatura y la cultura no sean anuncios y quimeras. En la cultura parece que vivimos para preguntarnos, pero siempre hay que pasar al acto, porque de lo contrario somos filósofos de la cultura, no artistas. Por eso escribo, aunque me repita y te aburra. No es fácil la creatividad 91 días seguidos. Hoy me pregunto por vos, por ese otro que me lee y que también soy yo. Porque soy con tu lectura.

¿Qué pasa en tu vida? ¿estás solo? ¿estás bien?. Y me permito recordar otros momentos de hace más de treinta años atrás o cuarenta, cuando los virus, el sarampión que creo que hoy sería de una infodemia total, la viruela, la varicela, la tos convulsa, y otras enfermedades que hasta nos obligaban a contagiarnos para que las tuviéramos todos los hermanos juntos. Y apelo a esto para equilibrar nuestro miedo. Este virus es un virus, no se va a ir, y aunque quieran que nos encerremos para siempre, es la metáfora del esclavismo. Tenemos que superar el morbo de contar quien muere y quien se contagia al minuto y vivir, o sino, ya estamos muertos. Es contagioso, sí. Es letal, a veces, muy pocas veces, como casi todos los virus. Y gracias a DIos que es así. Pero la vida es riesgo, no es de lo único que podemos morir. Y no veo que le dediquen tanta tela a otras patologías terribles que padecemos los humanos. No somos eternos. Es hora de comprenderlo y de vivir con ese certeza.

Te invito a compartir tus experiencias, a evidenciar tus sentimientos, a no callar. Y si me leés, escribime. Aunque a nadie le importe, vos me importás. Me importa saber como la estás pasando en una sociedad donde en pos del bien común, nos encierran, nos abruman, nos aniquilan, y apelan al morbo de la peor manera, enfrentándonos. Somos gemelos y espejos, en este andar apesadumbrado y feroz, Por nosotros, debemos unirnos, y en paz.