Diario de Cuarentena: Ficciones

Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país: no de luciérnagas, palabras, jardines, cursos de agua, ponientes.

Jorge Luis Borges

Me siento en una ficción de la que no puedo salir. Una creada por la propia gente, inconsciente de los peligros del nacionalismo populista con el que nos gobiernan. Ayer limitaron otra vez la importación de libros, creo que se basan en un concepto erróneo. No nos hace mejores que no podamos competir, por el contrario, nos minimiza, nos obliga a la resignación. Mientras en este país laberíntico vemos como las ruinas se nos vuelven círculos concéntricos que nos aprietan hasta asfixiarnos.

Borges decía «Otra escuela declara que ha transcurrido ya todo el tiempo y que nuestra vida es apenas el recuerdo o reflejo crepuscular, y sin duda falseado y mutilado, de un proceso irrecuperable»y esa frase se asemeja a lo que siento. Nunca me rindo, pero las falsas ficciones con las que los jóvenes se están edificando me hace pensar en que la libertad en el país, es un reflejo falseado de la verdadera, mutilada por los relatos de presuntos paraísos que no llegan. Y este proceso realmente comienza a ser irrecuperable.

Me aturden los lamentos de los que penan y las circunstancias de aquellos que ven avasalladas por falsos profetas sus tierras y sus casas, la alienación gana terreno y es difícil distinguir bajo las capas discursivas la verdad.

Tambien cito a Borges: «(…) Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades. No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos. En éste, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravesar el jardín, me ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un error, un fantasma.» Y lo hago para ser comprendida así, como fantasma que intenta ser una y otra vez la persona libre que fue.

Al fin de cuentas, a esos mecías del subdesarrollo les llegará su hora, porque, como decía el maestro: «La gloria es una incomprensión y quizá la peor.»

Diario de Cuarentena: Lo imposible hoy es necesario

Ya me causa gracia lo de cuarentena, superamos el día setenta, y la ventana me devuelve un día gris. Siento mucha pena por el mundo, que es el mío. Es al mundo a quien siento mi patria grande. Algunos ortodoxos del término creen que no sé quien fue Ugarte, en esa cosa despectiva del que piensa diferente. Conozco el origen de la patria grande, pero no considero que sea acertado. Y en este momento donde el nacionalismo cerrado florece, me atrevo a abrir mis horizontes.

Creo que nos olvidamos como fue construyendo la identidad nuestro país, lleno de colores y banderas, se hizo grande abriendo sus puertas, no creando vallas y cerrojos. Mi familia no vive toda en éste país, Mis orígenes están en Italia, en Líbano, en Ismir, ahora viven en el mundo: Grecia, Brasil, Francia, Nueva Caledonia. Mi sangre es extranjera, mi corazón netamente argentino. Tal vez por eso para mí la libertad es algo que no se da, se tiene. Y aspiro a un mundo donde la libertad sea simiente. Donde los gobiernos comprendan que solo administran, y donde los ciudadanos nos comprometamos a controlarlos.

Ya se que soy utópica, que no existe, te debo parecer una ilusa. Sin embargo, la luz, internet, un cohete espacial y hasta algo tan simple como el agua corriente, fueron utopías una vez.

Te invito a soñar, a pensar en aquello que parece imposible, porque en este momento del país y del mundo, hay imposibles que son absolutamente necesarios.