«Para tener miedo no hacen falta motivos, Momo» (Rosa)
La vida ante sí es una novela sobre el amor de Émile Ajar (Romain Gary) premio Goncourt publicada en 1975. Sobre ese amor indispensable entre seres desamparados que viven en un mundo sórdido y degradado. El señor N’Da Amédée, el doctor Katz, el señor Hamil, la señora Lola y otros seres que deambulan por las calles de ese barrio parisino.
Momo es un niño de 10 años. No conoce ni a su padre ni a su madre. es el protagonista Vive en un suburbio de París lleno de prostitutas, proxenetas, ladrones, inmigrantes ilegales, buscavidas. Solo quiere sobrevivir. El pasado es difuso. El futuro es algo lejano.
Momo vive con una anciana judía que ha sobrevivido a miles de avatares y que se encuentra en el final de su vida. En una pensión cobija a cambio de una cantidad de dinero mensual a los hijos de las prostitutas que no pueden o quieren hacerse cargo de ellos. Momo es uno de esos chicos. La señora Rosa.
Era una persona que vivía de recuerdos. Ustedes pensarán que es una estupidez, que todo aquello ya está muerto y enterrado pero los judíos son muy tozudos, y más cuando han sido exterminados. Ellos siempre dale que dale.
En un mundo degradado y cruel, hay espacio para el amor, para la esperanza.El amor que sin quererlo, sin saberlo, se establece entre Momo y la señora Rosa es un amor que lleva a cumplir promesas, incluso imposibles.
La señora Rosa dice que la vida puede ser hermosa, pero que nadie ha dado con ella todavía y que, entretanto, hay que vivir.
Este año en Netflix se ha vuelto a llevar al cine esta novela de la mano de la gran Sophia Loren, que juega con el realismo mágico en la figura de una leona soñada por Momo, tal vez como un símbolo materno de fuerza o espiritualidad.
Romain Gary gano el premio Goncourt en 1956 con Les Racines du ciel. Émile Ajar, ganó el premio Goncourt con La vida ante si. Émile Ajar es el pseudónimo de Romain Gary. Romain Gary nació en Lituania en 1914 y murió en París en 1980. Es mi autor recomendado de hoy.
Es un libro singular . Una especie inusual de las que se cuentan pocas en la literatura. Y su autor no fue menos singular. Emigró a Francia, combatiendo en el Frente de Liberación, siendo condecorado. Ocupó cargos diplomáticos en Nueva York, Londres y Los Ángeles. Después de un primer fracaso matrimonial se casó con Jean Seberg, de la que tuvo un hijo. Al año de suicidarse ella no pudo con la depresión y se disparó un tiro en la boca con un revólver Smith & Wesson, muriendo en el año 1980.
Su vida es novelesca, y no sólo por sus peripecias o sus 30 novelas, sino por los avatares con los críticos franceses. Le acusaron de mal escritor y de carente de ideas. Se refugió en varios cambios de nombre para burlar a los críticos Con el nombre de Emile Ajar llegó el escándalo. Su segunda novela en esta nueva etapa, La vida ante sí, cautivó a todos los jurados del país y le concedieron su segundo Goncourt. Al poco se supo la verdadera autoría del libro, considerado por sus antiguos detractores una obra maestra. Pero el autor no pudo con el peso de su vida, es que…
«¿Se puede vivir sin alguien a quien querer? (Momo)