Salvatierra

«…captar en pocos trazos lo que amaba, como si todo estuviera vivo.»

Salvatierra, de Pedro Mairal

Reseñar esta novela tan renombrada y traducida es un desafío. Primero porque estoy participando de un ciclo de lectura en donde la analizaremos y haremos un encuentro con el propio Mairal y quiero escribirla antes de verme influida por mis colegas o por el autor.

Cuando comencé a leerla sentí que Bolaño estaba en el texto, su interminable 2666 y que Salvatierra era uno de sus personajes. Luego fue migrando a la voz de Mairal, o a la que supongo tiene, ya que es la primera novela que leo del autor. Una novela breve diría, y ágil, que me dejo con un sabor diverso. Por un lado siento que Mairal puede mostrarnos la presencia del río Uruguay con solvencia en la obra, lo retrata como su personaje hace con la vida transitada en una tela. Esta novela tiene una idea espectacular, un pintor que pinta su mundo en un lienzo interminable, construyendo una biografía propia en colores y ensueños transcriptos a los rollos que guarda dentro de un húmedo galpón. Dos hijos, y la muerte que viene a mostrar todo, a dejar al descubierto los bemoles de la relación familiar. No se si eran necesarias las amantes, el medio hermano y las cuestiones del otro lado de la orilla, tampoco me volvieron loca las peripecias del vecino mafioso y el galpón.

La novela pasaba por lo otro.

Por el infinito de una vida pintada sin pensar en reconocimiento, por la creencia de Salvatierra en el proceso más que en la obra, para recordársela a él mismo la recreaba en esas telas de camión.

¿Qué buscaba este hijo en esa la obra de su padre mudo, uno al que creía conocer? ¿ Qué buscamos los hijos en los padres? ¿Por qué Mairal creyó que no bastaba con esa sola cuestión?

Salvatierra es una novela bien escrita, de lectura rápida y con preguntas por resolver. Tal vez el autor nos quería dejar la duda de su propia obra y no la de Salvatierra clavada como espina. Espero tus comentarios, si es que esta reseña te invita a leerla.