La humildad no es algo que nos sobre a los juninenses, pero a ella sí. Como cada domingo, recomiendo un libro, hoy recurro a una vecina que además es autora y periodista de renombre, a la que admiro por su impecable prosa y por el oficio de muchos de sus libros, pero voy a dejar que sus palabras presenten este: Leila Guerriero, asegura que no hay nada «más sexy, feroz, desopilante, ambiguo, tétrico o hermoso que la realidad». Frutos extraños es una antología que hace honor a lo que la autora piensa de la crónica, ella dice que debe tener «la forma de la música, la lógica de un teorema, y la eficacia letal de un cuchillazo en la ingle». Este libro nos descubre la cara más sensible, tensional e inquietante de una profesión que atraviesa tiempos difíciles, el periodismo.
La primera parte contiene dieciséis crónicas y perfiles de esos frutos extraños que a Leila la fascinan: un mago con un solo brazo, un gigante que supo ser de la NBA y ahora sobrevive aburrido en un pueblo olvidado, el baterista con síndrome de Down de una banda de rock indescriptible , la amable señora que que asesinó a sus amigas con cianuro en el té, la inmensa y pavorosa Patagonia. Cada crónica es un mundo, un exquisito estilo las construye, pero está asentado todo en un gran trabajo de investigación. En cada crónica abunda la buena escritura, la realidad o un cuidado acercamiento a la misma. La niña que escondió su embarazo y mató a su bebé no es una asesina despiadada o bruta, es una chica del interior con una inocencia probada por la vida que paga su condena, en una cárcel donde no la hay. El Rey de la Carne, tiene modales mafiosos, pero también es un padre amoroso y un buen vecino y de allí caemos en el retrato de un médico playboy que se hace pasar por Freddie Mercury. No es fácil el salto de una historia a otra que nos propone Guerriero. La tercera nos instruye “Sobre el periodismo” abarca cuatro reflexiones donde intenta explicar cómo hace lo que hace. Y comprendemos mejor lo que nos vino sucediendo con estos frutos de la realidad que nos cuenta.Como llevó la vida a Romina Tejerina,de niña a asesina: “Me voy a poner porno: lo difícil no es entender que una víctima puede no ser monolíticamente un santo, sino entender que un dictador puede no ser monolíticamente un hijo de puta”. Leila Guerriero es sólida, potente. Y lo es porque trabaja para ello.
“Discusiones”, contiene cinco ensayos breves donde controvierte costumbres que deben estar bien –y debemos aceptar– por corrientes: contra los guardianes de la salud, contra las chicas Cosmo, contra los city tours y la última es a favor de decir no. Son breves textos bien sostenidos por esta artesana del lenguaje, de la idea eureka y de la investigación obsesiva. Dice textualmente: “Erradicadas las pestes más o menos peores, la clase media occidental ha salido a buscar nuevos peligros, y los ha encontrado: carnes rojas, baños de sol” y “Las ciudades existen más allá de sus lugares comunes”.
Leila Guerriero es un orgullo para Junín y para cualquiera que ame la literatura, y Frutos extraños, otra de mis relecturas de cuarentena, lo demuestra.