Diario La Verdad

4 de Setiembre: Día del Inmigrante

El territorio que hoy día alberga a la República Argentina se caracteriza por una gran tradición inmigratoria en sus doscientos cuatro años de vida independiente.

Publicado el 4 septiembre, 2020

PorGrupo La Verdad

“Nuestras maletas maltrechas estaban apiladas en la acera nuevamente; teníamos mucho por recorrer. Pero no importa, el camino es la vida”.
Jack Kerouac

Argentina ha sido históricamente un país de inmigración. El territorio que hoy día alberga a la República Argentina se caracteriza por una gran tradición inmigratoria en sus doscientos cuatro años de vida independiente, siendo de relevancia a la hora de la conformación de nuestra población. Podemos distinguir tres etapas: las inmigraciones tempranas, desde el siglo XVIII hasta 1880, las inmigraciones de masas, de 1881 a la primera guerra mundial, y las contemporáneas, desde el fin de la primera guerra mundial en adelante.

La inmigración constituye un complejo fenómeno social por sus causas, consecuencias, orígenes y destinos de los migrantes, así como por los desafíos que plantea tanto a las sociedades de donde éstos proceden como a aquellas donde se asientan. No se caracteriza por generar indiferencia, por el contrario, constituye un terreno de intenso debate económico, político, social e ideológico, considerado por los medios de comunicación y objeto de tratamiento político.

Desde la etapa de la independencia los Estados de América del Sur dictaron disposiciones al respecto con el fin de poblar sus territorios. Argentina dicta su primera ley general en 1876 (Ley de Inmigración y Colonización No 817-Ley Avellaneda). Previamente, la Constitución de 1853 había otorgado protección a los extranjeros y les extendía los mismos derechos civiles que a los nacionales, así como impulsaba la inmigración europea. Para la redacción del texto constitucional se sucedieron acalorados debates, en los cuales Alberdi, Sarmiento y otros polemizaron apasionadamente acerca del papel de los extranjeros en la sociedad argentina.

En este artículo intento analizar la población migrante en Argentina y su evolución. La inmigración constituye un complejo fenómeno con múltiples dimensiones. Su evaluación a partir del análisis histórico-demográfico permite mostrar las singularidades que adquiere en cada momento en cuanto a características básicas tales como su tamaño, composición y distribución. Los migrantes plantean desafíos tanto a las sociedades de donde proceden como a aquéllas donde se asientan.

La República Argentina es históricamente un país de inmigración: desde los desplazamientos de población a causa de la Conquista, movimientos desde la Metrópoli con europeos y la transferencia de esclavos de población africana de la época colonial, hasta los actuales desplazamientos regionales. Con el Estado-nación organizado, hacia fines del siglo XIX, el país se constituye en uno de los principales receptores de la inmigración de ultramar.

Este comportamiento se da junto con una serie de dinámicas migratorias muy diversas de acuerdo con el país de origen de los migrantes. Del Centenario al Bicentenario su composición cambia radicalmente, en la cual el peso de los limítrofes sobre el total de extranjeros crece ininterrumpidamente, constituyendo en la actualidad más de la mitad del total. Además, dentro de ese grupo, se aprecian variaciones: los paraguayos y bolivianos toman la delantera por los uruguayos y brasileros de hace 100 años.

En cuanto a su distribución, la Ciudad de Buenos Aires, región pampeana y las zonas de frontera continúan siendo los principales asentamientos que concentran a los inmigrantes.

Entre un Centenario y el otro, lo más destacable es el cambio en la composición de la inmigración -de europea a limítrofe-, la cantidad -de un tercio de la población extranjera en 1914 a menos de cinco por ciento en la actualidad-, y el índice de masculinidad -de 166.7 a 85.4-. Si bien el Centenario encuentra un ambiente pro-europeo, una Argentina volcada hacia Europa, el Bicentenario se presenta con una vuelta a valorizar la región a partir del proceso de integración. El MERCOSUR exige estrechar los lazos con los ciudadanos de los países del cono sur, e integrar los países en un mercado común. Los flujos actuales parecen acompañar este proceso. Independientemente del origen, la inmigración ha jugado y juega un rol importante en la conformación de la población argentina, y debe ser valorada y acogida tal como reza el generoso contenido del «Preámbulo» de la Constitución Nacional de asegurar el bienestar y libertad a «todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino».

El conocimiento de sus características a lo largo del tiempo y su comparación pone en perspectiva un tema actual que sin embargo lleva siendo tratado en el país por más de 200 años. Nuestros inmigrantes, de cualquier corriente migratoria, son parte de nuestra identidad nacional, conforman la estructura de la nación y han dejado sus esfuerzos y sus vidas en nuestra república en pos de construir un estado de bienestar para sus familias, que termina beneficiando a todos. Hoy 4 de Setiembre les rendimos homenaje: ¡Feliz día, Inmigrantes!

Soledad Vignolo
Miembro de AAGECU
Secretaria Asociación de Colectividades de Junín.

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