La vida corre en círculos, nos propone tantas vueltas que a veces nos mareamos. Hoy amanecí así, mareada, revolcada en mi propia historia. Porque los giros no siempre son externos, a veces los creamos como un surco en el interior del alma.
Páez dice: Giros. Existe cielo y un estado de coma, cambia el entorno de persona en persona. Giros.Dar media vuelta y ver que pasa allá afuera, no todo el mundo tiene primavera. Flaco ¿Donde estás? Estoy imaginándome otro lugar, estoy juntando información, estoy queriendo ser otro (otro tipo, loco)
Mi necesidad se va modificando con las demás, así mi luna llega a vos, así yo llego a tu luna. Giros.
Todo da vueltas como una gran pelota, todo da vueltas casi ni se nota. Giros. Fotografía de distintos lugares,
fotográficamente tan distantes. Suena un bandoneón, parece el de otro tipo pero soy yo, que sigo caminando igual… Silbando un tango oxidado.
Y sí, existe un estado de coma, y estamos en él, infectados por la falta de empatía y la grandilocuencia de los mediocres, que ponen al pueblo en su boca corrupta para escupirlo más pobre aún. Hay que dar media vuelta y ver que pasa ahí afuera, al lado nuestro, antes de hablar del otro empecemos por nosotros. Por nuestras propias miserias, inocultables en esta pandemia que vino para destapar corazones oscuros. SIn miedo a imaginarnos otro lugar, donde la necesidad de uno se modifique con la del otro. Girando juntos como una gran pelota, que nos unifique en pos de una sociedad más justa, que no se genere en torno a feudos que predican un pseudo socialismo provinciano, sin más versos que los de las canciones y con la fotografía clara de la realidad de cada lugar, sin intendentes que banquen ventas de droga en ambulancia, sin dirigentes que tilden a mafiosos de ejemplares y sin millonarios que hablen de productores oligarcas, desconociendo el trabajo y la dignidad.
Suena un bandoneón, y sí, sigo caminando igual, erguida en la memoria de los justos y buscando la paz en este cambalache.