Diario de Cuarentena: el tiempo pasa

Un día gris es como ese sweater que amás y no podés tirar. No te gusta, esta viejo, tiene bolitas, pero te abraza. Y los días grises siempre nos dejan así, colgados de los recuerdos, abrazados a ellos, enfundados en prendas calientes que nos hagan sentir menos solos.

La magia del tiempo consiste en su independencia. El tiempo pasa. No le importa qué estemos haciendo, si los chicos tienen varicela o si la casa es un lío. No mide nuestros vaivenes, ni se juega en él la urgencia que nos concierne. Pasa. Y en ese paso nos va dejando quietos. No podemos alcanzarlo. Aunque luchemos con cremas antiarrugas y ondas rusas, aunque los satélites del mundo se freezen y no nos retransmitan más. el tiempo pasa.

Por eso hoy quiero que lo recuerdes. Para que no lo pierdas, y seas consciente que tenemos un sólo tiempo en esta vida. Y que es valioso. No lo desperdicies con miedos. Pasalo con quienes ames. Con los que te hagan bien. Tirá todo lo accesorio en tu vida, menos ese pullover mimoso que te envuelve con recuerdos.

Acordate…

El tiempo pasa
Nos vamos poniendo viejos
Y el amor
No lo reflejo como ayer
En cada conversación
Cada beso cada abrazo
Se impone siempre un pedazo
De razón

Vamos viviendo
Viendo las horas
Que van muriendo
Las viejas discusiones
Se van perdiendo
Entre las razones
Porque años atrás
Tomar tú mano
Robarte un beso
Sin forzar el momento
Formaban parte de una verdad

Porque el tiempo pasa
Nos vamos poniendo viejos
Yo el amor
No lo reflejo como ayer
En cada conversación
Cada beso cada abrazo
Se impone siempre un pedazo
De razón

A todo dices que sí
A nada digo que no
Para poder construir
Esta tremenda armonía
Que pone viejo los corazones

Porque el tiempo pasa
Nos vamos poniendo viejos
Yo el amor
No lo reflejo como ayer
En cada conversación
Cada beso cada abrazo
Se impone siempre un pedazo
De razón

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.