Este no es un día más, hubo mártires anarquistas en Chicago que lo nominaron. Es junto al capital y la tierra factor de producción. Es dignidad, valor ecónomico y social, y es manutención y solvencia. Trabajo. También es lo que nos falta. Y lo que nos prohíben. Y lo que nos pone en peligro según muchos. Una definición sencilla de trabajo sería decir que es el conjunto de actividades que son realizadas con el objetivo de alcanzar una meta, solucionar un problema o producir bienes y servicios para atender las necesidades humanas. En el mundo convulsionado de hoy hay gente privilegiada que sigue trabajando. Personal de la salud, personal de la industria alimentaria, algunos pocos en la rural, estamentos policiales, ejército, penitenciarios y gendarmes, transporte entre otros. Pero nos está faltando la fuerza media del trabajo, que es la que paga los impuestos, la que sostiene la educación, la que hace posible el hospital público, la propone los cambios al status quo.
Hay una terrible cantidad de desempleados en el mundo fruto de un confinamiento que como mínimo es dudoso. ¿Cuántos trabajadores podrán volver al mercado después de esto.?¿cuántos empleadores, que también son trabajadores, podrán mantener sus empresas? ¿cuántos comercios seguirán en pié? ¿ será el estado, como en la antigua Unión Soviética, el único empleador posible? ¿Y entonces quién lo mantendrá a él?. Tenemos un oscuro panorama por resolver.
Como aquel día de 1886 en Chicago, no hay mucho para festejar. Pero sí hay mucho por reivindicar. El trabajo es necesario, nos alimenta en cuerpo y espíritu. Trabajar es cuestionar la quietud, es promover el futuro, es accionar contra lo obsoleto, es revolucionar los hechos, y en este momento la revolución verdadera es no quedarnos callados. Que los tapabocas no impidan el pensamiento crítico y no nos quiten el aire.
Mi deseo en un día como hoy, es que no haya más seguros de desempleos, ni prohibiciones, ni odios a las empresas, ni castigo a los productores, que podamos vivir en libertad, cuidando la salud sin atentar contra la dignidad laboral. Sin seleccionar quién puede y quién no, acceder a la fuerza más revolucionaria del mundo: el trabajo.