Me propuse pensar en lo positivo de ésto. En el viaje interior posible.Corrí algunas incomodidades y comencé a caminar. Sigue allí la adolescente rebelde y libertaria. La miro y me doy cuenta que la puedo enriquecer con mis años. Darle aire, para que respire desde un lugar menos croto y se de la posibilidad del disenso. Claro que también está la niña temerosa y apocada, consciente de sus problemáticas y que es mucho más infeliz de lo que el mundo la ve. Esa niña tiembla ante la muerte de otros y la propia y se siente vulnerable a la voz ajena. La adolescente no.
La mujer madre me cuenta sus pasiones, y sus sensación de extrema soledad ante la maternidad. En la elección de un par para parir uno queda después librada al azar, porque sigue sola con intimidades raras como un ser dentro. Tanta oscuridad al respecto no puede iluminarse con ciencia. Son vivencias primigenias, esotéricas, alguien crece en vos. Alguien que no sos vos. Y entonces se entorpece cualquier pensamiento lógico y lo mágico te golpea la puerta para siempre.
La mujer productiva se agota en el ventrículo izquierdo y me cuenta que se le acumulan placas de esfuerzo mal pago en sus arterias y que no da más. La miro para decirle que exagera pero la veo agotada. Pobre mujer.
La mujer solidaria quiere cambiar el mundo, y se funde con la adolescente libertaria para ver si lo logra, claro que no usa los cánones clásicos, entonces es descartada. Como a un tenedor de plástico, útil y denigrante.
La mujer de fe, ora en un rincón por la unión de sus partes y por la salud de sus hijos. La mujer sexual está a la espera de que amor y sexo lleguen juntos alguna vez. Y la madura, que es la que se atrevió al viaje, se sonríe, mientras tararea: Heal the world
Make it a better place
For you and for me
And the entire human race
There are people dying
If you care enough for the living
Make it a better place
For you and for me