Recorre los campos azules es buena literatura, de la clásica, de la que no pretende, y es una alegría que Eterna cadencia la edite. Los cuentos de Claire Keegan parecen simples porque cuentan historias de gente sencilla, sin embargo esconden una complejidad única, con una prosa lírica Keegan nos trae la desdicha y la nostalgia y todo el recorrido de sus cuentos es melancólico. Sin embargo no se pueden dejar, se vuelven necesidad, como lo verdadero. En una ceremonia de casamiento de pueblo, el secreto a voces entre el cura y la novia, no impide que uno quiera terminar la historia. Todos lo saben, nosotros como lectores lo imaginamos, pero igual atrae, encanta, entretiene (algo que la literatura ha perdido) desde una buena narración. El lector no está seguro del todo, el cuento crece y entonces nos desdecimos de los supuestos, pero la verdad aflora.
En otro cuento la autora utiliza la segunda persona para contarnos al oido la terrible realidad de una familia y sus oscuridades y aberraciones. En Caballos oscuros un sueño sobre un caballo oscuro que una y otra vez atormenta, la mujer muerta, el pasado que vuelve, la vida arremetiendo contra los vivos. La hija del guardabosques es un drama familiar que Keegan desarrolla a modo de nouvelle, y deja incluso abierto el final, como si en otro libro pudiera reescribirlo y darle cierre, .en La noche de los servales, nos deja tocar toda esa melancolía que venía latente Está tan logrado que la incomunicación se nos vuelve piel y nos cubre, es una historia fuerte que elige contar con un humor negro propio de la zona geográfia que escoge como escenario de sus historias y ladesazón del final es a su veces, casi la única opción que los personajes tienen, como si lo inevitable aconteciera no importa cuando.
Historias de abuso, matrimonios que son encerronas, celibatos rotos, soledad y alcohol, sueños, todas estas vidas laten bajo un bucólico paisaje. Es un retrato potente de la lucha con un pasado inevitable y los deseos nuevos o secretos que tienen los protagonistas. La vida rural que describe la autora es una vida que conoce bien, Claire Keegan nació en 1968 en County Wicklow , en una familia católica, y vivió en una granja familiar de lq costa irlandesa hasta su adolescencia. Ella misma ha contado como era su familia, que su padre “nunca leyó un libro” y que su madre “a veces lo hacía” y se hizo cargo de lainfelicidad de su seno. Tal vez lo biográfico le da verosimilitud a todas estas historias donde no ser feliz es hilo conductor, como si los campos, esos campos azules que recorre, fueran los unicos testigos de los pequeños momentos donde los eureka de la vida gris se hicieran presente.
Es perfecta la definición de The Guardian:“Keegan toma los clichés de la vida rural irlandesa y los hace arder”.
