Diario de Cuarentena: El Porvenir

«Tenemos que decidir, y esto es lo angustiante, entre dos conceptos de porvenir. Uno que implica la reconstrucción de la tarea republicana, mientras la otra implica la profundización de un sistema que ya está instalado en la Argentina, que es el del populismo anti-republicano». Santiago Kovadloff

Hoy a unos 220 días de la instauración de la cuarentena interminable, que no es ninguna fiesta, elijo hablar del porvenir, etimológicamente se trata de una situación que está por llegar. … Esto quiere decir que, si nos situamos en una línea de tiempo, el pasado aparece detrás del presente (porque ya sucedió) y el porvenir se encuentra adelante (aún no ha sucedido).

Creo que la única posibilidad de un porvenir en nuestro país está en el centro, dejando atrás de una vez por todas el pasado, pisar bien centrados para proyectar un futuro sostenible. Para eso hay que lograr acuerdos de estado, que nos garanticen el respeto a Constitución y a los derechos individuales, y partiendo de allí delinee el camino a seguir. Y no hablo de lo exclusivamente económico, sino también de la desastrosa crisis sanitaria que vivimos. Parafraseando al gobierno, que olvidó su devaluada palabra, cada muerto cuenta y tenemos demasiados por millón de habitantes.Y eso contando a los enfermos del coronavirus, porque no nos estamos enterando de los coletazos de la brutal encerrona en la que nos metieron, los gobernantes y aquellos pusilánimes que votando con el bolsillo o la conveniencia dejaron en manos de esta gente la patria.

El mate terminó, ya no da más la yerba, agotada de espera, como nosotros,respecto a la libertad. Pero no me voy sin antes regalar este poema de Jorge Luis Borges que nos invita a reflexionar:

¡cuántas posibles vidas se habrán ido
en esta pobre y diminuta muerte,
cuántas posibles vidas que la suerte
daría a la memoria o al olvido!
cuando yo muera morirá un pasado;
con esta flor un porvenir ha muerto
en las aguas que ignoran, un abierto
porvenir por los astros arrasado.
Yo, como ella, muero de infinitos
destinos que el azar no me depara;
busca mi sombra los gastados mitos
de una patria que siempre dio la cara.
Un breve mármol cuida su memoria;
sobre nosotros crece, atroz, la historia.

Diario de Cuarentena: nos ata el pasado.

Oíd el ruido de rotas cadenas, ved en trono a la noble igualdad. Así comienza nuestro himno, pero lamentablemente no hemos roto todas nuestras cadenas. Seguimos atados a un pasado reciente que esta lleno de intertextualidades y metarrelatos, que son absorbidos por generaciones enteras que perdieron la conciencia del trabajo y del esfuerzo, que sumidas en la ignorancia de una educación pública ineficiente, o sin educación, creen que la prebenda es la salida. No comprenden que se encadenan a un sistema que los pisa y que los humilla sin retornos posibles. Las ataduras culturales que los últimos treinta años crearon en nuestra sociedad no podrán ser desatadas por décadas.

Oíd mortales el grito sagrado: Libertad Libertad Libertad. Sartre decía que el hombre estaba condenado a ser libre. Lo traería a la Argentina, para que me explique cómo. En un país donde crecer está mal visto, en cualquiera de los sentidos. Si crecés económicamente, con trabajo y decencia, el estado te castiga y la sociedad ve bien que te confisquen o retengan. Si avanzás intelectualmente y te animás a cuestionar, te callan o te denigran porque no asentís como bobo los arrebatos totalitarios del poder de turno. Si querés cambiar de condición o de estilo de vida, querés cagar más alto que el culo. Nada nos viene bien si es otro el que avanza, pero no avanzamos.

Tenemos problemas con un discurso donde ser sucio, barato, violento, delincuente, ignorante, asistido por el estado es lo que está bien; y ser educado, esforzarte, cambiar, trabajar, querer crecer está mal. En un mundo del revés que sostiene una política populista y agobiante que castiga la riqueza y la grandeza per se, es muy difícil hablar de libertad. No nos encadena el COVID, nos encadena el pasado, que nos quieren hacer vivir como presente una y otra vez.

En esa cuestión me siento ajena, porque creo en el futuro, pero debemos exorcizar el pasado, como si hubiera que quemar todo en un intento salvador, para purificarnos. Porque la grandeza, el esfuerzo, el trabajo, el crecimiento parecen ser ácido en la sociedad actual. Tal vez tenga razón Sartre, enfrentándolo a sí mismo, cuando dice: «No hay necesidad de fuego, el infierno son los otros».

Diario de Cuarentena: Gaucho

Hoy es feriado por Martín Miguel de Güemes, que murió a los treinta y pico enfrentando invasores, un tipo rebelde y con sus matices pero que tenía claro por lo que debía luchar. Estaría muy bien que hoy nos dediquemos a la historia. A veces el pasado nos da la perspectiva que el futuro necesita.

Este patriota gaucho, fue un hombre con agallas y con errores, como todos nosotros, pero que tenía claro que debía defender, así fue que escribió algo que quiero rescatar porque parece actual: “¿Cuándo llegará el día en que veamos reunido nuestro Congreso compuesto de sabios y virtuosos que formen una Constitución libre, dicten sabias leyes y terminen con las diferencias de las provincias?”

La Constitución la tenemos, las diferencias siguen. El Congreso lo tenemos, el problema es quienes llegan a él. Nuestros congresistas están lejos de ser sabios, pero más aún de ser virtuosos. Hace más de treinta años que rotan las sillas y los partidos para poder seguir atados a sus bancas que les aseguran impunidad. El año próximo votamos, que tanto contar muerte no nos someta a olvidarnos de la vida. Y que votemos sabios y virtuosos, al menos algunos, porque les cuesta estar en una lista donde los prebendarios pululan.

Estamos en un momento político importante. Porque nos afectan varias pandemias. La real, la infodemia, y la peor de todas es la del intento contra la justicia y la propiedad. No tiene nombre, porque la ruptura de la ley en nombre del pueblo es tan grave, que solo puede ser ominosa.

Hoy es feriado por Martín Miguel de Güemes, un caudillo que luchaba por su tierra. No dejemos que nos roben la nuestra. Este día en mi diario, lo dedico a todos los que peleamos con la palabra contra la corrupción, la ignorancia, la falta de ilustración en la política, la deshonra, el avasallamiento de los derechos y la esclavitud de los pueblos. Hay una máxima al respecto que hoy les comparto: «podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera si se pierde una vez» (Jean-Jacques Rousseau)