Diario de una mudanza

“El erotismo es muy difícil de escribir y de traducir. Siempre me pareció que en inglés las palabras son más sensuales”

Inés Garland (Buenos Aires, 1960) en Diario de una mudanza, baila por las letras con su propia y exquisita voz, esa que te hace seguir leyendo este recuento de vida como si fuera una historia de espias. Es que eso nos permite, espiar la vida narrada, con dejos biográficos, con la avidez de un voyeur. “Escribir es dejar que emerja una verdad que parece estar por debajo de lo que pasó”, dice Garland, y emerge, aparece en algunas páginas eso no dicho que descubrimos plácidos mientras el libro trascurre en nuestras manos. Me senté una tarde a leerlo en mi nueva casa, nueva de tres años de uso, y la mudanza que en mí opera fue abriéndose paso entre la mudanza leída. Eso produce, es un libro empático, amable, que nos deja ser parte de los tranche de vie de la autora, de las vivencias femeninas en el climaterio, de la suerte del amor y el desamor, los riesgos, los recuerdos, las capas.

La mudanza y la menopausia sostienen la trama, que no sé si pretende ser una, sino que el libro entero es un transcurrir. La planta baja recién comprada con vecino arriba, es la excusa para contar una vida, rica, pobre, una vida, una más. Pero Inés Garland la cuenta con destreza, buen lenguaje y una cuidada narración, propia de una traductora avezada, que facilita la lectura. Las citas, las palabras etimológicamente pensadas, los cuestionamientos a las épocas y la autopercepción de la autora sobre su ser mujer merecen la lectura.

Garland intercala recuerdos y experiencias, con reflexiones, datos históricos y de a poco da forma a un compendio de vida donde un mal povo, un carpintero recurrente y algun otro señor sin nombre iluminan el amor, o la idea de; y un masaje de pie chino en Nueva Yorck, el riesgo tomado en un bar de Londres o el encuentro con un ex que va a morir parecen eslabones en su obra, en su mudanza, en esas pieles que nos va mostrando, u ocultando a lo largo del libro.

Inés Garland compila retazos, y el patchwork que nos presenta es el que desea que leamos, parece natural pero es muy cuidada esa selección, y también es atractiva. “Ahora empieza el tiempo de aprender a dejar ir” dice la autora, y si ella lo dice…

Una reina Perfecta

«El hombre está perdido, no tiene a donde ir, no tiene casi ni mujer. Todo eso sabe ella con sólo mirarlo».

Una reina perfecta-Inés Garland

La literatura de Garland es irresistible. Este libro, publicado en el año 2005 y reeditado, las mujeresprotagonizan historias en todas las edades de la vida, y lo hacen desde un lugar que no intenta quedar bien con los cánones de moda. La autora fluye en sus historias como un cauce quer permite una lectura relajada, atenta, diría que trata al lector amorosamente. Narrar bien los simple es muy difícil, y hacerlo con registro poético sin caer en lo cursi, mucho más. Inés Garland resume la buena literatura clásica, prolija, bien narrada, con una cuota de novedad en el registro de hechos cotidianos.

Los trece relatos que integran Una reina perfecta  tienen la sencillez de lo verdadero, y y Garland se las trae con todo tipo de situaciones que resuelve gentil y eficaz, atmósferas densas, complicadas historias de vida sin contar demás, sin descripciones tortuosas, con lo necesario y las herramientas justas para que la literatura sea.

Los problemas de estas niñas, o mujeres de Garland se nos meten en la piel, podemos sentir con las protagonistas los vaivenes de sus vidas. Y nos muestra lo rídiculo del ser, pero sin crítica, simplemente narrando, como si la vida perfecta fuera la que nos cuenta, la de las mujeres en busca del amor, la de las hijas deseando padres, la de los tiempos sin tiempo, las que pueden valerse de un gesto para construirse y cito:  «Pero lo único que podía pensar, que se me repetía como un mantra, era ‘por fin’, ‘por fin’. A mi vida siempre le había faltado humor: el humor apasionado que promeían las comisuras de la boca de Adolfo». 

Una reina perfecta ganó en 2005 el premio del Fondo Nacional de las artes y fue publicado por primera vez en 2008. Reeditado por ClubCinco editorial y se agradece,

La autora construye desde lo no dicho, o mejor aún, desde lo apenas sugerido, como si esa pequeña punta de iceberg que nos muestra sostuviera la vida misma. La vida de las mujeres, es más. Inés Garland escribe con la crueldad necesaria, la soledad equilibrada, la tristeza en proporción justa, con escenas contemporáneas pero a la vez universales. Se sale del corredor de la búsqueda de formas nuevas para poner el foco en la claridad y potencia de historias de vida que se vuelven piel, que nos anidan y en especial a las mujeres, nos interpela.

Los relatos son complejos y los recursos son mínimos, es estoica la escritura de Garland, que por momentos tiene vetas de Silvina Ocampo, en ese afán de no decir todo, de no cuestionar a los personajes, en la búsqueda de lo simple como sinónimo de calidad.

Les regalo un párrafo y recomiendo con fuerza esta colección de cuentos entrañables: “Mamá es una actriz atrapada en la vida de una esposa cualquiera y está convencida de que la miran permanentemente. Por eso está siempre impecable y no haría nunca nada que no pudiera ser tapa de revista.”

Una reina perfecta. Cuentos perfectos.