Éste es el mar

“Algunas noches el aire recordaba el final de una matanza. Era el humo de las parillas para hamburguesas en los puestos de comida, el de los fuegos artificiales y también la persistencia de los gritos: cuando las adolescentes gritan tanto y durante tanto tiempo, el sonido queda en el aire incluso después de que ellas volvieron a sus casas y a sus habitaciones.” Mariana Enríquez

La autora es garantía de buena literatura, esta novela en la que crea una mitología propia, asociada a las estrellas de rock que mueren jóvenes y trascienden como leyenda, y que recurre a las imágenes que Enríquez y muchos de nosotros, tenemos sobre rock stars como Jim Morrison o Kurt Cobain, parece forzar la idea de que la muerte es quien transforma al arte en leyenda.

No es la primera vez que un gran escritor recurre al mundo musical rockero para crear una historia, recuerdo con placer La calle de Great Jones  de Don DeLillo cuyo personaje es un una especie de clon de Dylan, sin embargo es una de las pocas veces en que la extrañeza y lo siniestro se le suma a la ya enriquecida atmósfera de recitales, fans, y mitos musicales.

En Éste es el mar, Mariana Enríquez contornea criaturas que pueden ser Enjambre, Luminosas como Helena la protagonista, o las peligrosas Imago. Todas interfieren en las vidas humanas rockeras, asesinando fans o músicos para cumplir con la voraz necesidad de ídolos. En ésta novela lo fantástico anida en la voz alucinada de la autora para dar lugar a un extraño encantamiento. Y por qué no cierto temor si fuiste una adolescente enloquecida por un ídolo del rock. ¿Eran tuyos esos deseos apasionados? ¿o Una Enjambre te manejaba hasta enloquecer?

La prosa como siempre es impecable, la historia, para amantes del rock y sus mitos.