Históricamente, el adoctrinamiento ha sido promovido tanto por las élites sociales dominantes como medio de control social no explícito ni necesariamente coactivo, pero sí influyente; como por grupos religiosos e ideológicos extremistas, frecuentemente contrarios al orden establecido. Algunos autores también consideran adoctrinamiento a la información filtrada de ciertos grupos extremistas, que puede influenciar tanto a personas como a menores por su posición sesgada o ingenua. En regímenes totalitarios se denomina como adoctrinamiento a cualquier modelo de pensamiento del oponente político, pero nunca a las prácticas adoctrinantes practicadas por el mismo estado. Esta es solo una definición técnica, pero si una ve los manuales de los alumnos donde cualquier pensamiento que no sea populista es calificado de nefasto o donde se dice que el capitalismo «destruye» al obrero, es plausible comprender que nuestros hijos, y nosotros al realizar posgrados estamos siendo adoctrinados. Además de la «propaganda» Kirchnerista sin tiempo histórico donde se habla de sus gobiernos como los únicos «inclusivos».
El adoctrinamiento es en cierto grado inevitable en la enseñanza padre-hijo, pues los seres humanos son animales sociales que inevitablemente se ven afectados por el contexto en el que se desarrollan. Sin embargo, esto puede ser mitigado por prácticas que favorezcan el libre pensamiento y el uso de la razón crítica, siendo esta la principal diferencia entre el adoctrinamiento y la educación: el primero, a diferencia de la educación, nunca pretende convertir al sujeto en un individuo autónomo con juicio propio, sino que se caracteriza por la fe ciega y la ausencia de pensamiento crítico. En casos extremos, el adoctrinamiento incluso puede ir acompañado de técnicas de lavado de cerebro. En este momento de nuestro país poner en tensión el modelo propuesto por el gobierno parece merecer el castigo divino.
Pues a ese castigo me someto con gusto, aunque sea criticada, como librepensadora, seguiré luchando por la educación en contra del adoctrinamiento, por la libertad en contra del confinamiento y por el individuo como parte de la construcción social. No conozco un sistema mejor que el capitalismo, aunque siempre estoy abierta al aprendizaje. Hago posgrados y maestrías en muchas universidades prestigiosas donde tratan de adoctrinarme, yo soy adulta, me defiendo y confronto, tengo herramientas. Nuestros hijos no.
Los docentes que adoctrinan son militantes. La educación es otra cosa. Favorece el pensamiento crítico y la diversidad. Evaluemos a quienes enseñan a nuestros hijos. Por el futuro.