Diario de Cuarentena: En el país de los monstruos

Un monstruo (del latín monstrum) es un concepto muy amplio ligado a la mitología y la ficción. Se aplica a cualquier ser que presente características, por lo general negativas, ajenas al orden regular de la naturaleza.

En Argentina somos afectos a volverlos presidenciables o políticos. Y a juzgar por los hechos de los últimos meses, podría decirse el último año, estos monstruos, que se describen como seres híbridos que pueden combinar elementos o adquirir tamaño anormal y facultades sobrenaturales, se han perfeccionado. Su malignidad llega a utilizar una pandemia para su beneficio. Como llevo un diario, tengo una cronología exacta de los aconteceres argentinos desde marzo hasta aquí. Y de lo que no se hizo. Se nos encerró enseguida, pero no se nos hicieron test, se nos continuó encerrando pero no se nos bajaron impuestos, seguimos por tercer mes encerrados, pero liberaron presos y corruptos, y en el cuarto, como si fueran dioses, sin congreso y sin justicia, emitiendo lo que no hay en reservas, siguieron impidiendo el trabajo y el libre tránsito, en el quinto fueron por más, la impunidad de la vicepresidenta es su agenda y se enorgullecen de las ollas populares, gente con prontuario promulga leyes que impiden la libertad de expresión y la miseria creada por el gobierno no solo no impidió un gran avance del virus sino que lo agravó. Y en los más humildes o rurales es donde más se padece.

Pero los monstruos que son en general seres que inspiran miedo o repugnancia, también son compulsivos, y a pesar de las evidencias no pueden parar, entonces nuestro presidente decide no contar que era el abogado de acusados que salva con su reforma, o persiste en ser titular de una sociedad anónima, y mantener su cargo en la UBA. Porque contra todos, creo que es peor que la vice, él mostró una faceta amable y moderada para ser votado, y ahora muestra sus cuitas. Sé que monstruo es un descalificativo, lo uso para referirme a personas cuyos actos van en contra de los valores morales propios, como el caso amerita.

Amnistía Internacional reconoce que Argentina atraviesa una profunda crisis con retracción de la actividad
económica; el aumento de los índices de pobreza; el deterioro en las jubilaciones y otras prestaciones sociales; la pérdida de empleo; la caída del salario real y del poder adquisitivo frente al aumento de la inflación que produjo un deterioro en la agenda social y económica del país y se encuentra elaborando en este momento un estudio sobre el impacto de esta crisis en algunos derechos humanos, y sostiene que nuestro mundo enfrenta problemas complejos que sólo pueden abordarse si abandonamos la idea de que los derechos humanos se refieren algunas formas de injusticia que enfrentan algunas personas, pero no otras.Los derechos humanos son de todos. Debe haber una decisión política, un compromiso de hacer de ésta un área relevante y no marginal. Si alguna vez hubo un tiempo para que el gobierno demuestre una resolución firme en promover una agenda de derechos humanos integral, transversal y sólida, este es el momento.

Con esto aclarado, me cuesta sostener la idea de que van a hacer algo por el otro, más que atropellarlos en pos de sus propios y miserables intereses. Y digo esto con mucha tristeza, porque en este país de monstruos, podríamos ser de los otros, de los que apelan al vocablo en un modo positivo, podríamos tener monstruos sagrados que descuellen por su esfuerzo, trabajo y excelencia. Los ciudadanos, en su mayoría somos monstruos para bien, el problema está en la cabeza de los monstruos que gobiernan. O dictan.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.