Sin dudas el verbo más interesante en mi vida es aprender. Hoy comencé mi día aprendiendo. El posgrado que hago me interpela y hace que sienta el rigor de la ignorancia. qué bueno resulta comprender todo lo que tengo por aprender.
Vos qué aprendiste nuevo en esta cuarentena feroz a la que estamos sometidos, te invito a contarme, y a que aprendamos juntos. No es posible la vida productiva sin el ansia por saber. En casa parecemos un centro de e-learning. Por un lado, estoy encerrada en mi cuarto, con FLACSO inquietándome. En el comedor Nico cursa Física, y Marcelo lucha desde el patio con su smartphone y nos somete a diario a miles de preguntas. Papá con más de ochenta, trae sus consultas tecno y a veces me río sola pensando en que atajamos más de lo que podemos todos.
Las sociedad, con la pandemia, acelera sus cambios. La mente a veces alcanza la velocidad necesaria y otras, queda detrás de un Big data demencial que delira cuestiones como intentar controlarnos. Pobre iluso, la mente no es controlable, muchas veces ni los propios dueños podemos. Qué saben las TICS de mis sueños y deseos, que pueden comprender que yo no les deje ver. Por eso no temo a las nuevas herramientas comunicacionales. Tienen el límite que que les pongo, conciente o inconcientemente.
¿Y vos? ¿Pudiste darles espacio en tu vida? o te aferrás a un mundo analógico muerto que te va a dejar afuera? Y bueno,sí, muchas preguntas, pero eso forma parte del aprendizaje. La cuestión crítica, la duda, la pregunta, es mucho más interesante que las respuestas formateadas. Por eso odio los discursos estrictos, eso que crean fundamentalismos mediocres y nos dejan sometidos a ellos.
Vení, aprendé, dudá, temé y llenate de cuestionarios, que en este formato vamos a crecer juntos. Es cuestión de ponerse en órbita y comenzar a volar.