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Por qué escribir no es normal

Las raras, los desviados, los ambiguos, las inclasificables, o los diferentes al resto estamos condenados. Eso nos convierte en espejos: en aquellos que se miran y los que no, las que nos aceptan y las que no. En esta cuestión imprescindible que engloba la vuelta al mundo del poder, llamada normalidad, escribir nos hace incontrolables. Nadie puede decirnos ni determinar en qué momento el acto de escribir es correcto. Y salir de ese civismo impuesto es ajeno. No es normal. Por eso, sin dudas, escribo.

«Escribir no es normal. Lo normal y lo placentero es leer; incluso lo elegante es leer. Escribir es un ejercicio de masoquismo», Roberto Bolaño.